lunes, 14 de junio de 2010

Rab Kaduri y el nombre del Mashiaj


EL RAB KADURI Y EL NOMBRE DEL MASHIAJ

Por: Irving Gatell
Es uno de esos casos donde no sé si reír o llorar.  De los judíos mesiánicos, naturalmente.
El asunto probablemente ya lo conozcan: el ilustre Rab Itzjak Kaduri, uno de los más destacados rabinos sefarditas, así como uno de los más notables cabalistas de nuestros tiempos, dejó en una nota una frase para conocer el nombre del Mashiaj. La frase en cuestión dice:
YARIM HA´AM VEYOKJÍAJ SHEDVARÓ VETORATÓ OMDIM,
Y significa  “él levantará al pueblo y probará que su palabra y ley es válida”.
Se supone que el modo de obtener el nombre del Mashiaj es por medio del acróstico, y el nombre obtenido es Yehoshúa.
¿De dónde obtuvo el Rab Kaduri esta revelación? De una charla que mantuvo con el Mesías algún tiempo antes de morir.
Al respecto, quiero fijar mi posicionamiento respecto a estas “extravagancias” místicas de los cabalistas: no siendo yo un cabalista, y no estando en condiciones de estudiar cabalá por edad y estado civil, me abstengo de juzgar la naturaleza de este tipo de eventos. Si Rab Kaduri se ganó un prestigió inquebrantable como cabalista, y dijo que había tenido una conversación con el Mashiaj, me limito a aceptar que así fue. No soy nadie para juzgarlo, y en consecuencia le creo.
¿Qué más le dijo el Mashiaj a Kaduri?
Según lo que el propio Rab Kaduri dijo a sus discípulos en el Yom Kippur inmediato a esa charla sobrenatural, el Mashiaj le expresó que se manifestaría después de la muerte de Ariel Sharón, quien sigue en estado de coma (vale la pena notar que otros cabalistas, como Jaim Cohen y Nir ben Artzi han dicho lo mismo). Además, en palabras del propio Rab Kaduri citadas en Kaduri.net,
“es muy difícil para muchas personas buenas en la sociedad, entender la persona del Mesías. El liderazgo de un Mesías de carne y sangre, es difícil de aceptar para muchos en la nación. Como líder, el Mesías no ejercerá ninguna profesión, pero estará en medio de las personas y hará uso de los medios de comunicación. Su reino será puro y sin deseos personales o políticos, durante su gobierno solamente reinará la rectitud y la verdad. ¿Creerán todos en el Mesías inmediatamente? No. al comienzo algunos de nosotros creerán y otros no creerán, será más fácil a los no religiosos seguir al Mesías, más que al pueblo Ortodoxo. La revelación del Mesías será cumplida en dos etapas: Primero, confirmará activamente su posición de Mesías, sin saber el mismo que es el Mesías. Después se revelará a algunos judíos, no necesariamente a sabios en la Torá, lo hará aun a personas simples. Solamente entonces, se revelará a toda la nación – el pueblo se maravillará y dirá ¿Qué? ¿Este es el Mesías? Muchos han conocido su nombre, pero no han creído que él es el Mesías”.

Sobra decir que los cristianos o judíos mesiánicos que se han enterado de esto, inmediatamente lanzaron las campanas al vuelo, como dando por hecho que con esto quedaba claro, y avalado por un gran Jajam y Tzadik, que Yehoshúa (Yesh’’u) es el Mashiaj de Israel.
Pues No.
Vayamos por partes:

1. El nombre.
Rab Kaduri sólo dijo que el Mesías se llama Yehoshúa. Nunca dijo que sea Yehoshúa de Nazareth. ¿Es necesario decir que ese nombre ha sido muy común en el judaísmo? Simplemente, el más importante asistente de Moshé Rabenu se llamó así.
Sostener que el Yehoshúa al que se refirió Rab Kaduri es Jesús de Nazareth, tiene tanta lógica como sostener que es Josué, el segundo líder de Israel después del Éxodo.
Para el judaísmo no tiene mucha ciencia el asunto: si se va a llamar Yehoshúa, será un Yehoshúa que esté vivo en este momento, no uno que murió hace 3300 años, u otro que murió hace 2000. O cualquiera que haya muerto antes que Ariel Sharón.
Pero este punto es el sencillo. El que verdaderamente hace que me desconcierte la falta de seriedad de cristianos y judíos mesiánicos es otro, bastante más complejo:

2. El Apocalipsis.
Según el Nuevo Testamento (brit jadasha, kitvei talmidim, etc, etc), la manifestación del Mesías Rey (o segunda manifestación-venida del Mesías, según cristianos y mesiánicos), será el punto culminante de un período de siete años conocido como Apocalipsis —por su relación con el último libro del Nuevo Testamento—, pero también Gran Tribulación.
¿Qué tiene que suceder en ese período final de la Historia de la humanidad?
No es tan simple saberlo, porque el texto está presentado en lenguaje simbólico, en un estilo perfectamente Esenio-Qumranita. Sin embargo, hay pistas más o menos claras para poder identificar cuatro eventos concretos:
a) Una serie de calamidades o juicios contra toda la humanidad
b) La manifestación del Anticristo y el Falso Profeta
c) La destrucción de Roma
d) La batalla de Har-Megiddo o Armagedón
a) Los juicios contra la humanidad

a) En el Apocalipsis de Juan, están organizados en tres secuencias: los sellos, las trompetas y las copas, cada uno de siete. En resumen, los siete sellos son la manifestación del Mesías (algunos dicen que el jinete del caballo blanco referido por Apocalipsis 6.2 se refiere al Anticristo, pero es imposible: el símbolo —caballo blanco y corona— es mesiánico), la guerra, el hambre, la muerte (el sentido es el de epidemias), el martirio de los santos, y el colapso de las potencias políticas (esa es la connotación apocalíptica del sol, la luna y las estrellas perdiendo su luz). El último sello es la transición hacia la siguiente serie de juicios: las trompetas, que incluyen la destrucción por fuego y granizo de la tercera parte de los árboles, la contaminación de la tercera parte del mar junto con la destrucción de la tercera parte de los barcos, la contaminación de la tercera parte de los ríos y las fuentes de agua dulce, el colapso del sol, la luna y las estrellas (o colapso de las potencias políticas, igual que en el sexto sello), el ataque de las huestes del abismo, el ataque de las potencias militares al oriente del Eúfrates, y la instauración del Reino Mesiánico; finalmente, las copas incluyen una pestilencia sobre los seguidores de la Bestia, la contaminación total del mar, la contaminación total de los ríos y las fuentes de agua dulce, la transformación del sol en una fuente de calor incontrolable y calcinante, el derramamiento de tinieblas en el reino de la Bestia, la invasión de los reyes del oriente, y la destrucción de Babilonia (modo simbólico de referirse a Roma).

b) El anticristo y el falso profeta
El capítulo 13 de Apocalipsis refiere la presencia de dos “Bestias”: la primera tiene un evidente talante político, y la segunda uno religioso. De hecho, la parte más relevante de la segunda es que hace que la gente adore a la primera como si fuera D-os mismo.
Ambas Bestias están inherentemente vinculadas a Roma, denominada “Babilonia” en repetidas ocasiones.

c) La destrucción de Roma
Este evento ya está prefigurado en las referencias de que el sol, la luna y las estrellas perderían su resplandor (en los sellos y las trompetas), pero es contundentemente clara en los capítulos 17 y 18 del Apocalipsis.
¿Por qué sabemos que es Roma?
En primer lugar, por la descripción geográfica: simbólicamente, allí se le llama “la Gran Ramera”, y se dice que está sentada sobre “siete montes”. No es un enigma que esa es una descripción perfecta de Roma.
En segundo lugar, porque toda la evidencia sugiere que el origen de estos textos fue el levantamiento judío contra Roma, y la esperanza de que la capital del Imperio fuese destruida se hizo presente en muchos textos apocalípticos.
Naturalmente, esto resulta difícil de aplicar en la actualidad, toda vez que Roma (o Italia) no representa —ni remotamente— lo que la Bestia es en el Apocalipsis. Los ayes y lamentos sobre esa Babilonia simbólica destruida nos sugieren que se trata de la nación que controla el comercio mundial (ver Apocalipsis 18), y esa es una posición de la que Italia está muy lejos. Por ello, muchos han preferido ver en esa Bestia a los Estados Unidos, o a la Comunidad Europea en su conjunto.
Sin embargo, ninguna de estas dos opciones se ajustan a la descripción de que la Ramera está sentada sobre siete montes. La salida que encuentran algunos es que la Comunidad Europea inició su existencia como proyecto unificador con el Tratado de Roma. Por lo tanto, debemos seguir asumiendo que se refiere a la destrucción de Roma.
Siguiendo esa lógica, otros han sugerido que se refiere al poder religioso de Roma, y que entonces la destrucción anunciada es contra el Vaticano.

d) La Batalla de Armagedón
El capítulo 19 de Apocalipsis refiere este episodio que ha obsesionado a generaciones enteras: la batalla del Fin del Mundo, en la que las huestes del Anticristo serán derrotadas por Yehoshúa mismo, al frente de sus ejércitos celestiales.
La imagen del Mesías en su papel de Rey es gloriosa: “…he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea; sus ojos eran como llama de fuego y había en su cabeza muchas diademas, y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido con una ropa teñida en sangre, y su nombre es el Verbo de D-os. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos”.

¿En qué se parece el Apocalipsis —etapa previa a la segunda venida del Mesías, según el Brit Hadashá o Nuevo Testamento— a lo dicho por el Rab Kaduri sobre el Mesías llamado “Yehoshúa”?
EN NADA.

Empecemos por lo más elemental: según Rab Kaduri, el Mashiaj va a empezar su labor mesiánica SIN SABER QUE ES EL MASHIAJ.
¿Acaso Jesús de Nazareth va a venir por segunda vez SIN SABER QUE ES JESÚS DE NAZARETH? Eso va EN CONTRA DE TODO lo que el Nuevo Testamento dice de su Segunda Venida.
A menos que le demos la opción al asunto de la Reencarnación, y el señor tenga que esperar hasta que, en su vida adulta, una regresión hipnótica en una sesión psicoanalista le muestre que es el nuevo cuerpo en el proceso de transmigración del alma de Jesús de Nazareth.

Luego, Rab Kaduri dice que va a ser rechazado por unos y aceptado por otros. Según el Apocalipsis, el Mesías en su segunda venida no viene a ser aceptado o rechazado; viene a triunfar y punto.
Pero más aún: según Rab Kaduri, va a ser aceptado primero por judíos no observante ni doctos en la Torá, y hasta después por los ortodoxos. ¿Menciona algo sobre los gentiles —cristianos, en especial—? NADA, ABSOLUTAMENTE NADA.
Y miren que si fuera Jesús de Nazareth, los primeros en organizar expediciones a Jerusalén serían los más de mil millones de cristianos.

Lo único que veo es lo mismo de siempre: los cristianos y los judíos mesiánicos han hecho lo único que saben hacer, y es leer de más (que es una forma de decir que no saben leer).

Se atragantan con el dato de que, según el Rab Kaduri el Mashiaj se llama Yehoshúa, y pierden de vista que EN TODO LO DEMÁS, el Mashiaj que dibujó el Rab Kaduri es TOTALMENTE  DISTINTO a lo que ellos creen sobre la segunda venida del Mashiaj.
Situación que provoca que sea imposible identificar a Jesús de Nazareth con ese Yehoshúa del que habló Rab Kaduri.

¿De qué tipo de Mashiaj habló el Rab, entonces?
A mi modo de ver, todo parece indicar que se refiere a un futuro primer ministro de Israel.
Si dice que va a empezar su oficio mesiánico sin saber que es el Mesías, me parece que lo más lógico es que empiece a gobernar sin saber que es el Mesías (valga la redundancia). Israel tiene un sistema político con reglas claras. Si a eso le sumamos que el oficio de Mesías es, justamente, GOBERNAR, luego entonces lo más probable es que estemos hablando de un Primer Ministro.
Según Rab Kaduri, su gobierno se caracterizará por su eficiencia. Podemos prever que se logrará la paz, habrá justicia, y las cosas llegarán a su punto óptimo. Podemos, entonces, imaginar que muy fácilmente la población no ortodoxa de Israel diga “realmente, este tipo bien podría ser el Mesías”. Y, como reacción lógica, que los grupos ortodoxos y ultra ortodoxos inmediatamente digan “no, él no puede ser el Mesías”.
Hasta que vean que, pese a su sorpresa, las aspiraciones del Reino Mesiánico se van cumpliendo. Y entonces el judaísmo pueda decir: “tenemos Mashiaj”.
Bien. Rab Kaduri ya nos dejó una pista: se llama Yehoshúa.
Hay que aclarar que esta pista ha sido sumamente cuestionada, e incluso los hijos de Rab Kaduri han reclamado que el texto de donde se obtiene el nombre no pudo haber sido escrito por su padre, debido a su avanzada edad en el momento en que, supuestamente, se escribió.
Así que dejemos de lado el asunto del nombre: lo relevante es que Rab Kaduri pudo haber insinuado que el Mashiaj iba a surgir de un mundo poco “probable” para algo tan sublime: la política. Pero él mismo lo dijo: un Mashiaj de carne y sangre.
Por si el Rab Kaduri dio el nombre o no, dejemos lo de Yehoshúa un tanto de lado, y pongamos atención a dos cosas: el fallecimiento inevitable de Ariel Sharón, y los Primeros Ministros que habrán de hacerse cargo de las riendas de Medinat Israel.
Más aún, si surge uno llamado Yehoshua y le da por gobernar realmente bien.

Tal vez entonces, tal y como lo anunciase el Rab Kaduri, veamos una nueva era de paz y justicia. Tal vez entonces podamos decir “hay Mesías”. Y —¿por qué no?— tal vez, incluso, los que creen también en el Mashiaj ben Yosef  (el mesías que muere en guerra) puedan decir:  “ciertamente hubo un héroe de mil batallas que dejó su vida en el servicio y defensa de su pueblo; incomprendido muchas veces, rechazado tantas otras, nunca se cansó por hacer de este país un lugar seguro”.
Y entonces podamos decir que también tenemos al Mashiaj ben Yosef, el que con su muerte marcará el principio de la restauración de Israel: Ariel Sharón.
¿Cabe Yehoshúa ben Yosef, o Jesús de Nazareth, en este esquema ofrecido por el Rab Itzjak Kaduri? No.
Nos estaría faltando algo tan estrambótico como el Apocalipsis, y luego tendríamos a un Yehoshúa que viene por segunda vez y que no sabe que es el Mesías. Además, un nivel sin precedentes de destrucción mundial (a menos que nos limitemos al sentido original de los textos de los que se derivó el Apocalipsis de Juan, que hablaban específicamente de la destrucción de Roma; claro, destruir a Roma en estos tiempos no tiene sentido para las expectativas mesiánicas).
Así que seguimos, básicamente, igual: los judíos estamos esperando la primera (y única) aparición del Mashiaj. Los cristianos y los judíos mesiánicos, por su parte, haciendo lecturas parciales, incompletas e inconsistentes, sólo a la búsqueda de pretextos para seguir sustentando lo inverosímil: que el Mashiaj vino hace dos mil años, pero el Reino Mesiánico no.
Ya demostraron que para sustentarlo en la Biblia, tienen que leerla de un modo arbitrario. Y ahora, como para demostrar involuntariamente que pueden llegar más lejos, extienden la arbitrariedad a los comentarios de un Rabino y Cabalista del siglo XX.
En resumen: según el Rab Kaduri, el Mashiaj:
1. Se manifiesta luego de la muerte de Sharón
2. Hará uso de los medios de comunicación
3. No sabrá en un principio que es el Mashiaj
Mal por ellos.
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Notas y Opiniones:
Yehuda Ribco en su página fulvida.com opina:
…en el santo Talmud (Sanhedrín 98b), rabinos con más autoridad que el santo rabino Kadouri dejaron varios posibles nombres para el Mesías, tales como Inón, Janiná, Menajem, Shilo, Jivra entre otras posibilidades. Digamos que el rabino Kadouri efectivamente quería que supiéramos que “yehoshua” era un nombre del mesías, ¿por qué habremos de darle a él más autoridad que a lo que dijeron luminarias mayores?

Incluso el pseudo-rabino Moshe Laurie (de los pocos líderes mesiánicos que nacieron en el judaísmo), en su nota sobre el Rab Kadur es lo suficientemente honesto como para admitir que
"De hecho, muchos foros de discusión cristiana dicen que la descripción de Kaduri sobre el Mesías -sin importa cuál sea el nombre- no llena el perfil bíblico del regreso de Jesús de Nazaret, que, según creen, dirigirá y reinará sobre la tierra desde Jerusalén por mil años".


viernes, 11 de junio de 2010

Preguntas que un mesianico, nazarateo no pueden contestar

Preguntas que un mesianico, nazarateo no pueden contestar

Por: Eliahu Almany Tussie
Tomado de: http://oraj-haemeth.blogspot.com/


פרק ראשון
[1] אלה תולדות יש”ו בן דוד בן אברהם.
[2] אברהם הוליד את יצחק ויצחק הוליד את יעקב יעקב הוליד את יהודה ואחיו.
[3] יהודה הוליד את פרץ וזרח מתמר פרץ הוליד את חצרון חצרון הוליד את רם.
[4] ורם הוליד את עמינדב ועמינדב הוליד את נחשון ונחשון הוליד את שלמון.
[5] שלמון הוליד את בועז מרחב הזונה בועז הוליד את עובד מרות ועובד הוליד את ישי.
[6] ישי הוליד את דוד דוד הוליד את אשת שלמה מאשת אוריה.
[7] שלמה הוליד את רחבעם רחבעם הוליד את אביה אביה הוליד את אסא.
[8] אסא הוליד את יהושפט יהושפט הוליד את יורם יורם הוליד את עוזיה.
[9] עוזיה הוליד את חזקיה.
[10] חזקיה הוליד את מנשה מנשה הוליד את אמון אמון הוליד את יאשיה.
[11] יאשיה הוליד את יכניה ואחיו בגלות בבל.
[12] יכניה הוליד את שאלתיאל שאלתיאל הוליד את זרובבל.
[13] זרובב”ל הוליד את אביהוד ואביהוד הוליד את
[14] אקים ואקים הוליד את אליהוד.
[15] ואליהוד הוליד את אלעזר ואלעזר הוליד את מתן ומתן הוליד את יעקב.
[16] ויעקב הוליד את יוסף. הוא יוסף איש מר”ים הנקרא משיח ובלעז קריס”טוס.
[17] (וכל תולדות מאברהם עד דוד תולדות י”ד ומדוד עד גלות בבל תולדות י”ד ומגלות בבל עד יש”ו תילדות י”ד.

Capitulo Primero.
[1] Esta es la historia de Yesh”u hijo de Dawid, hijo de Avraham.
[2] Avraham engendró a Yitzjak y Yitzjak engendró a Ya’acov, Ya’acov engendró a Yehudah y sus hermanos.
[3] Yehudah engendró a Peretz y de Zarah, cuya madre fue Thamar; Peretz engendró a Hetzron, Hetzron engendro a Ram.
[4] Y Ram engendró a Amiadav y Aminadav engendró a Najshon y Najshon engendró a Shalmon.
[5] Shalmon engendró a Bo’az de Rahav la prostituta, de Boaz engendró a Over de Ruth, y Over engendró a Yishay.
[6] Yishay engendró a Dawid, Dawid engendró de la mujer de Uriyah a Shlomoh.
[7] Shlomoh engendró a Rejab’am, Rejab’am engendró a Aviyoh y Aviyoh engendró a Asa.
[8] Asa engendró a Yehoshafat, Yehoshafat engendró a Yoram, Yoram engendró a Uziyoh.
[9] Y Uziyoh engendró a Jizkiyoh .
[10] Jizkiyoh engendro a Menasheh , Menasheh engendró a Amón, Amón engendró a Yishayoh.
[11] Yishayoh engendró a Yecanyoh y a sus hermanos en el Galuth Babel (Exilio de Babilonia).
[12] Yecanyoh engendró a Shealtiel, Shealtiel engendró a Zerubabel.
[13] Zerubabe”l engendró a Avihud y Avihud engendró a
[14] Akim y Akim engendró a Elihud.
[15] Elihud engendró a Eleazar y Eleazar engendró a Mathan y Mathan engendró a Ya’acov.
[16] Y Ya’acov engendró a Yosef. Este Yosef era hombre de Mir”yam madre del llamado Mashiaj (Mesías) y en lengua extranjera es Kris”tus.
[17] (El verso 17 esta encerrado entre paréntesis indicando que es un añadido posterior)


Comentario:
Verso 1.
El Evangelio de Mateo da comienzo con el supuesto linaje de Yesh”u, en la versión griega menciona el termino biblos (biblos- libro), mientras que la versión de DuTillet omite la palabra Sefer (ספר), tanto Shem-Tov, DuTillet omiten el termino Mashiaj (Mesías-משיח) como se precisa el texto griego (Cristo). Solo en las versiones anti-cristinas del Toldoth Yeshu (תולדות יש”ו) hacen la mención que estas sean un libro. Es interesante apreciar que la traducción del cristiano-cubano Avdiel Frías trate de manejarlo como ‘El Libro de la genealogía de Yehoshua’… según el traducido del texto de Shem-Tov, sin embargo vemos que ni aparecen las palabras de Sefer Toldoth, ni dice Yehoshua como él lo trata de aparentar, tal vez el Sr. Frías este inspirado en la obra anti-cristiana del Toldoth de Yojanan Akiba Huldreich de 1705.
En el judaísmo-mesiánico y los Natzratim se enseña que la utilización de los escritos del llamado “Brith Jadasha” Kete”r o Nuevo Testamento son de suma utilidad para demostrar que Yesh”u ó Jesús de Nazareth es el Mesías prometido para la Casa de Israel (co…mo dicen ellos).
Este verso utilizado por los mesiánicos para probar la autoridad de las Escrituras Cristianas.[1] Sin embargo este ensayo no tratara de mostrar tal postura, es más por medio de estudio a distintos textos cristianos en hebreo y griego se analizara la “divinidad” de estos frente al Tana”j (Biblia Judía) a su vez servirá para reflexión de los lectores. Tradicionalmente se dice que el Evangelio de Mateo (si deseamos tomar el Shem-Tov o el DuTillet en hebreo) y la Peshita de Lucas (versión aramea) son las crónicas (toldoth-תולדות) de testigos presenciales de Yesh”u (Jesús de Nazaret) y que escribieron discípulos suyos. Sin embargo, lo cierto es que a menudo estos evangelios no coinciden al hablar de lo que realmente sucedió.
La contradicción más sorprendente se da entre las genealogías que se presentan en el Evangelio de Mateo así como sus dos versiones en hebreo y en griego y en el de Lucas arameo. Tales autores se extreman en demostrar que Yesh”u desciende del linaje real de David, condición que las creencias judías exigían que cumpliera el Mashiaj (Mesías).
Tales autores coinciden que Yesh”u fue adoptado por Yosef (José) y engendrado por el Espíritu Santo. Hasta aquí todo en apariencia es santo y bueno. Pero ¿fue Yosef engendrado por Ya’acov como lo afirma Mateo, o por Elí, como dice Lucas? ¿Las genealogías entre las versiones de Mateo en hebreo coinciden, con las que aparece en el Tana”j (Biblia Judía)? A partir de una sola generación anterior los linajes familiares de los evangelios en hebreo, arameo y griego son totalmente distintos uno de otro, e incluso del mismo Tana”j. ¡Y partir de allí no se parecerán en absoluto! No importa si su rabino mesiánico le dice que esto no es cierto, sin embargo véalo usted mismo como aparece en la tabla de abajo.


Tal es la complejidad de los Evangelios en hebreo y arameo (también griego) ante el Tana”j que surgen diversas dudas tales como:

1) ¿Por qué faltan letras en el texto hebreo, pues en el griego e hispano del texto de Mateo habla de un tal Aram, mientras que en los textos hebreos de Shem-Tov, DuTillet, y Delitzsh hablan de un tal Ram al que se le ubica en 1 Cro 2: 9?

2) ¿Por qué en 1 Cro 2:11 Ruth 4: 20-21 se habla de un tal Shalma con la letra hebrea alef al final, mientras que en los escritos cristianos se menciona un tal Salmón?

3) ¿Por qué en el Divre Hayamim (Crónicas), así como en el Shem-Tov se menciona a Dawid solo por su nombre No importándole su carácter de monarca, mientras que en el DuTillet, Delitzsh, en el griego se le hace énfasis que es el ‘Rey David?

4) ¿Por qué el Evangelio de Mateo habla del Rey Shlomoh mientras que en el Lucas Arameo habla de un tal Nathan? ¿Por qué en el Tana”j no se menciona a este peculiar personaje (ver. 1 Cro 3:5)?

5) ¿Por qué en Mateo Hebreo nos habla de Rejabeam y Lucas dice que fue Matatah? ¿Por qué el Tana”j si se refiere a Rejabeam (1 Cro 3:10), mientras de Matatah no se dice nada?

6) ¿Por qué en Mateo Hebreo de Shem-Tov nos habla de Aviyah, mientras que el Mateo Hebreo de DuTillet nos habla de un tal Abim, y el Lucas Arameo nos habla de un tal Manah? ¿Por qué difiere el texto sagrado de los netzartim del Tana”j, en donde se refiere claramente a Aviyah (1 Cro 3:10)?

7) ¿Por qué el Mateo Hebreo, y el Tana”j nos habla de Asa (ver. 1 Cro 3:10) mientras que en griego nos habla de un Asaf (este nombre en hebreo significa hechicero – אשף-)? ¿Acaso en Mateo Griego nos trata de decir que uno de los antepasados de Jesús fue un hechicero?

8 ) ¿Por qué los textos de Mateo y el Tana”j hablan de Yehoshafat (ver. 1 Cro 3:10), mientras que Lucas nos habla de un tal Elyakim?

9) ¿Por qué Lucas menciona a 6 antepasados de Yesh”u (como Yonam, Yosef, Yehudah, Shimon, Levy y Matatah), mientras que Mateo Hebreo 7Griego, al igual que el Tana”j guardan silencio al respecto? ¿Miente el Evangelio Hebreo de Mateo y el Tana”j frente a Lucas?

10) ¿Por qué el Tana”j (1 Cro 3:11), al igual que el Shem-Tov, Delitzsh, Griego hablan de un tal Yoram, mientras que el Mateo Hebreo de DuTillet nos habla de un tal Yehoram?

11) ¿Por qué los evangelios guardan silencio de los otros personajes de la genealogía, como Yoash que engendró a Amatziyahu y él engendró a Azariyah como se menciona en 1 Crónicas 3:11?

12) ¿Por qué el Tana”j nos habla de Ojaz’yahu / אָחַזְיָהוּ, (ver. 1 Cro 3:11;2 Cro 22:1) mientras que el Mateo Hebreo de Shem Tov dice Uziyah, y DuTilleth se refiere como Uziyahu, mientras que Lucas dice que era Eliezer? ¿Quién miente el Tana”j, o los Evangelios Cristianos?

13) ¿Por qué el Tana”j (1 Cron 3:12), al igual que los textos cristianos de DuTilleth, en griego, Delitzsh, se refieren a Yotham, mientras que en Shem-Tov lo omite, y Lucas menciona a un tal Yeshua? ¿Quién miente el Tana”j, o el Evangelio de Mateo de Shem-Tov?

14) ¿Por qué el Tana”j (1 Cro. 3:13) se refiere a Ajaz como descendiente de Yotham, mientras que Shem-Tov guarda silencio, y Lucas pone a otra persona (Er)? ¿Quién miente el Tana”j o los evangelios?

15) ¿Por qué el Tana”j (1 Cro. 3:13) menciona a Jizkiyohu / חִזקִיָהוּ y She-Tov se refiere con el diminutivo de Jizkiyah, y Lucas se refiere bajo el nombre de Elmadam descendiente de Er? ¿Por qué el Tana”j no menciona a Elmadam?

16) ¿Por qué el Tana”j (1 Cro 3:13) nos habla de Menashe, y porque en Lucas no lo menciona y en su caso habla de un tal Kosam? ¿Por que la Mishnah (Sanhedrin 10:2) menciona que el Rey Menasheh que él no tendrá parte en el Mundo Venidero, por ser considerado como malvado y este sea el antepasado de Jesús?

17) ¿Por qué el Tana”j (ver. 1 Cro 3:14), Shem-Tov, Delitzsh, DuTilleth mencionan a Amon, mientras que el texto sagrado en griego dice Amoz? ¿Por qué Lucas se refiere a un tal Addi, Mateo Griego a Amoz y el Tana”j a Amon? ¿Quién miente el Tana”j o los Evangelios Cristianos?

18) ¿Por qué el Tana”j (ver. 1 Cro 3:14) se refiere a Yoshiyahu, y los evangelios cristianos utilicen el diminutivo de Yoshiyah y Lucas menciona a un tal Malki? ¿Quién miente el Tana”j o los Evangelios Cristianos?

19) ¿Por qué en los Evangelios Cristianos no mencionan a los hijos que engendró Yoshiyah, como Yojanan, Yehoyakim, Tzidkiyohu, Shalum, Yehoyakim / engendra a Yejoniyah, Tzidkiyah. En prisión tiene a Shealtiel, y Yejanyah como aparece en 1 Cro 3:16? ¿Quién miente el Tana”j o los Evangelios Cristianos?

20) ¿Por qué el Tana”j (1 Cro. 3:16) menciona a Yehoyajin como descendiente de Yejanyah, y el Mateo Hebreo guarde silencio al respecto? ¿Por qué Lucas se refiere a un tal Neri quien es descendiente de Malki, en vez de hablarnos de Yehoyahin?

21) ¿Por qué los cristianos y mesiánicos no aceptan que el garrafal error de Mateo (1:11-12) al incluir al maldito Yejoniyah/Jeconías del cual se ha escrito: Así ha dicho el Eterno : Escribid lo que sucederá a este hombre [Conías] privado de descendencia, hombre a quien nada prospero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Yehudah. (Yirmiyoh/Jeremías 22:30). Yejoniyah. El Eterno maldijo a este hombre (también llamado Konyáhu /Conías) tal como dice el profeta Yirmiyoh 22.24, 30. Sin embargo El Eterno mismo retiro la maldición de Yejoniyah: “Maldición: “Inscribid a este hombre: Sin hijos” (Yirmyoh 22.30). Maldición retirada: “su hijo Sh’altiel… Malkiram, P’dayá, Shenatzar, Ieqamyá, Hoshamá y N’davyá” (Divré haIamím Alef 3.17, 18). Maldición reivindicada: “hombre que no prosperará en sus días, pues ningún hombre de su simiente ha de prosperar sentándose en el trono de David y gobernando a Yehudáh” (Yirmyoh 22.30). Maldición retirada: “…Palabra del Eterno a Zerubavel, gobernador de Yehudah… En aquel día, dice el Eterno de los ejércitos, te tomaré Zerubavel hijo de Sh’altiel, siervo Mío, dice el Eterno, y te pondré como encargado del anillo de sellar, porque a ti te he escogido dice el Eterno de los ejércitos” (Jagai 2.20-23). Ver también: Sefer Orjot Tzadiqím, sección Shaar haT’shuvá. Sin embargo entre los cristianos y mesiánicos que afirman que Yeshu”a es excluido de esta maldición ya que Yosef no fue verdadero padre. Esto esta fundado en los escritos de los padres de la Iglesia como es el caso de Tomas de Aquino (Tomás de Aquino (Summa III, q. 31, art. 3)) De esta forma, él no fue realmente descendiente de Yejoniyah. Pero si Yeshu”a no tuvo un padre humano, como dice Mateo [מתי] entonces él tampoco puede ser descendiente del Rey David. Esto solo ya es suficiente para descalificarlo como el Mesías Judío.

22) ¿Por qué en el Tana”j se refiere a Pedayah, como hijo directo de Shealthiel (1 Cro 3: 19), mientras que en los Evangelios cristianos guardan silencio completo? ¿Quién miente el Tana”j o los Evangelios Cristianos?

23)  ¿Por qué en el Tana”j se refiere a Meshulom hijo de Zerubabel (ver. 1 Cro 3:21), mientras que en Mateo Hebreo / Griego se refieren a un tal Abiud y Lucas se refiere a Reija como el hijo de Zerubabel?
¿Quién miente el Tana”j o los Evangelios Cristianos?

24) ¿Por qué el Evangelio de Mateo de Shem-Tov no menciona al Abner del Mateo Hebreo de DuTillet como descendiente de Abiud? Si esta es la persona faltante del Galuth Bable a Yosef, entonces ¿por qué el Tana”j menciona a Jananiyoh (ver. 1 Cro 3:21) ¿Quién miente el Tana”j o los Evangelios Cristianos?

25) ¿Por qué el Tana”j se refiere a Jananiyah (ver. 1 Cro 3:21) como descendiente de Jananiyoh, mientras que Shem-Tov se refiere a un tal Akim descendiente de Avihud , DuTillet dice que es Elyakim descendiente de Avner, y Lucas dice que es Yojanan descendiente de Reija? ¿Quién miente el Tana”j o los Evangelios Cristianos?

26) ¿Por qué el Tana”j se refiere a P’latyah como descendiente de Jananiyah, mientras que los Mateos Hebreos dicen Azor, y Lucas dice Yehuda y Shem-Tov NO dice nada? ¿Quién miente el Tana”j o los Evangelios Cristianos?

27) ¿Por qué el Tana”j se refiere a Yeshayah como descendiente de P’latyah, mientras que los Evangelios de Mateo en Hebreo / Griego dicen Tzadok, y Lucas a un tal Yosef, mientras que Shem-Tov guarda silencio? ¿Quién miente el Tana”j o los Evangelios Cristianos?

28) ¿Por qué el Mateo Griego habla de un tal Aquim, en griego es Ajim, el DuTillet se refiere a un tal Amenen, Delitzsh se refiere bajo el nombre de Yajin, Shem-Tov guarda silencio, Lucas dice que es un tal Shimi, y el Tana”j no tiene registrado a ninguno de ellos?
¿Cuál de los textos cristianos es valido?

29) ¿Por qué de Aquim (Ajim, Amenen, Yajin, Shimi ) no aparecen los demás descendientes que menciona Lucas tales como: Mattiyahu, Majat, Naggi, Jesli, Najum, Amotz, Mattiyahu?
¿Por qué no existe seriedad en la genealogía de Yeshu si el supuestamente es el Mesías? ¿Cuál de los textos cristianos es valido?

30) ¿Por qué los Evangelios de Mateo se refieren a un tal Elihud, y Lucas se refiere a un tal Yosef? ¿Cuál de los textos cristianos es valido?

31) ¿Por qué los Evangelios de Mateo se refieren a un tal Eleazar y Lucas se refiere a un tal Yannai? ¿Cuál de los textos cristianos es valido?

32) ¿Por qué los Evangelios de Mateo se refieren a un tal Mathan, y Lucas se refiere a un tal Matatah? ¿Cuál de los textos cristianos es valido?

33) ¿Por qué los Evangelios de Mateo se refieren a un tal Ya’acov y Lucas se refiere a un tal Helí? ¿Cuál de los textos cristianos es valido?

34) ¿Por qué los Evangelios de Mateo se refieren a un tal Yeshua (Iesosus) y Shem-Tov se refiera a Jesús bajo el epíteto despectivo de Yesh”u (Yimaj Shemo U’Zincro= que su nombre sea borrado, ó maldito) ¿Shem-Tov es la versión original como aseguran los natzratim?

35) ¿Por qué DuTilleth y Shem-Tov difieren de la forma de cómo llamarle, Yeshua o Yesh”u? ¿Cuál de los textos cristianos es valido?

Es interesante notar que en el verso 17 del Evangelium secundum Matthæum de Sn. Jerónimo (La Vulgata Latina) mencione: ‘Omnes itaque generationes ab Abraham usque ad David, generationes quatuordecim :
et a David usque ad transmigrationem Babylonis, generationes quatuordecim : et a transmigratione Babylonis usque ad Christum, generationes quatuordecim.’ (Así que todas las generaciones son: desde Abraham hasta David catorce generaciones, desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones’.) Por el contrario el texto de Shem-Tov, esta parte solo se ponga como un apéndice (incluso en el texto en papiro se puede ver que el verso 17 no forma parte del capitulo 1), entonces ¿Por qué los natzaratim (nazarenos) ponen énfasis en el numero 14 con una explicación conforme a la gematría, si en el mismo texto no aparece tal cosa?

Considero que esto se debe a que tratan de justificar no solo el texto de Shem-Tov, sino también el texto canónico de Mateo, otro de los aspectos esperados de los mesiánicos es que consideran el texto de Shem-Tov como el “original evangelio de Mateo”, realzando el concepto de “Mateo Hebreo”, si esto fuera como ellos dicen, entonces porque en el verso 16 dice lo siguiente:

[16] ויעקב הוליד את יוסף. הוא יוסף איש מר”ים הנקרא משיח ובלעז קריס”טוס.
(Y Ya’acov engendró a Yosef. Él era hombre de Mar”yam[1], del llamado Mashiaj (Ungido) y en lengua extranjera[2] es Kris”tos)[3]

Si utilizamos el texto de la Vulgata Latina, la parte faltante del texto sería:‘…de qua natus est Jesus, qui vocatur Christus.’(de la cual es natural Jesús, el llamado Cristo)

Para el cristianismo ecuménico es fundamental, pues según ellos (S. Ignacio y S. Jerónimo) explican que fue de suma importancia que Yesh”u naciera de una mujer que conservando su virginidad, fuese a la vez casada, pues así quedaría velado a los ojos de Satan el misterio de la Encarnación divina. Para el “judaísmo” mesiánico es relevante porque según ellos se cumple una profecía de la que supuestamente Di”s tuvo relaciones sexuales y por lo cual María quedo embarazada o en otras palabras significaría que Di”s adultero con una mujer comprometida, lo cual es impensable en el judaísmo. Sin embargo retomando Shem-Tov, y como es sabido que él escribió contra el cristianismo démosle la traducción correcta al verso 16: ‘Y Ya’acov engendró a Yosef. Él era hombre de Mar”yam[4], del llamado Mashiaj (Ungido) y en injuria es Kris”tos’.En este caso la genealogía es defectuosa, anexo no tiene ningún sentido mencionar que Yesh”u es descendiente del Rey David si al final Yesh”u no es hijo de Yosef ben-Ya’acov, sino es de María, anexo a esto que Shem-Tov advierte a sus lectores judíos, como a los meshumadim o judíos bautizados a la fe católica que “Yeshua” no es otro que el Cristo Imperial. Shem-Tov utilizo las palabras: Mar”yam y ubela’az kris”tos para identificar el culto idolátrico medieval, por ejemplo en el arte bizantino, Cristo es representado como un rey; la virgen María, como una reina; ambos van revestidos de preciosos hábitos reales y están sentados, sobre sus tronos, llenos de reserva, inexpresivos, distantes. La larga comitiva de los apóstoles y de los santos se aproxima a ellos con ritmos lentos y solemnes, como lo hacía la comitiva del emperador y de la emperatriz en las ceremonias áulicas.[5] Si Shem-Tov hubiera querido respetar el sentido “puro” de Mateo hubiera escrito:

וְיַעֲקֹב הוֹלִיד אֶת־יוֹסֵף בַּעַל מִרְיָם אֲשֶׁר מִמֶּנָּה נוֹלַד יֵשׁוּעַ הַנִקְרָא מָשִׁיחַ
‘Y Ya’acov engendró a Yosef esposo de Miriam que en lo que concierne engendró a Yeshua el llamado Mashiaj’ (Trad. Frantz Delitzsh)


Sin embargo no lo hace, por el contrarío enfatiza los nombres de la deidades medievales, sigo sin encontrar al Yeshua (Iehoshua) Hebreo del cual hablan karaitas y mesiánicos, por el contrario estoy encontrando las advertencias de Ibn-Saprut hacia el cristianismo medieval. 


Notas.
[1] Es interesante que los cristianos católicos romanos piensen lo mismo Cfr. Enc. “Providentissimus Deus” del Papa León XIII.
[2] Literalmente: ‘Mar de Amargura’.
[3] לעז / La’az: lengua extranjera / calumnia /injuria / vituperio.
[4] Traducción personal.
[5] Literalmente: ‘Mar de Amargura’.
[5] Hauser Arnold, Historia Social de la Literatura y el Arte, Debate, Madrid, 1998, Vol. I, p. 167.Ver más

domingo, 30 de mayo de 2010

La Tradición

La Tradición

Por: Rab Avigdor Miller

S.-...

J.- Pero todos los hombres tienen deseos que los sobornan evitándoles ver la Verdad. Los científicos materialistas al igual que los idólatras. Entonces, ¿cómo es posible para un hombre ver la Verdad?

S. -En la actualidad los únicos hombres capaces de reconocer la Verdad son aquéllos que la adquirieron por tradición.

J. -Pero los hombres pueden no desear atenerse a la tradición. Pueden alegar que sólo aceptan aquello que sus ojos pueden ver.

S. -¿Creen ellos que George Washington existió?

J. -Seguro que sí.

S. -¿Y cómo lo saben? ¿Alguno de ellos lo vio?

J. -Es cierto señor que toda persona se apoya en alguna forma de tradición, pues todo conocimiento de la historia es a través de la tradición. Pero George Washington es una tradición aceptada por todos los hombres.

S. -De ninguna manera. El vulgo de África, el Cercano Oriente, India, China y Japón, no supieron nada de él en ninguna generación. Aún hoy, la mayor parte de la humanidad no conoce su nombre.

J. -Pero miles de sus compatriotas lo conocieron.

S. -¿Alguna vez hablaste con alguien que lo conoció?

J. -No, pero un hecho tan conocido debe ser aceptado como verdadero.

S. -¿Cómo sabes que George Washington era muy conocido en su época?

J. -A través de la historia escrita y por la historia oral que pasó de generación en generación.

S. -Entonces nuestra historia escrita, la Biblia, está más difundida en el mundo que la historia escrita norteamericana, al igual que nuestra historia oral tiene más difusión mundial que la historia oral norteamericana. La historia norteamericana admite que sólo miles de personas conocieron a George Washington, mientras que la historia judía insiste en que la entrega de la Torá en el Monte Sinai fue presenciada por millones. Muchos millones de personas de nuestra nación en todas las generaciones testificaron las tradiciones históricas que escucharon de sus propios padres, sin mencionar los millones y millones de musulmanes y cristianos que por siglos han creído y siguen creyendo hoy en día en este hecho histórico. No existe una sola tradición histórica en el mundo incluyendo los últimos acontecimientos de nuestro tiempo, que tengan tanta autenticidad como este hecho tanto en los testimonios escritos, como en la opinión pública basada en la tradición. Los norteamericanos en su mayoría, no recibieron de sus antepasados esta tradición de George Washington, pues ellos eran inmigrantes irlandeses, italianos, alemanes o eslavos que se establecieron en los Estados Unidos mucho tiempo después que Washington murió. Pero los judíos actuales son los descendientes de hombres que vieron las diez plagas que asolaron a Egipto, que fueron liberados de la esclavitud egipcia, que cruzaron en seco el Mar Rojo y vieron la entrega de la Torá en el Monte Sinai; y estos hechos les fueron relatados por sus propios padres, de generación en generación, además de poseerlos por escrito desde el principio, cuyo texto original ha sido transmitido hasta nuestros días sin la más mínima alteración. Más de dos siglos antes que se destruyera el Segundo Templo, nuestras Escrituras se tradujeron al griego. Desde entonces, las naciones del mundo han tenido nuestras Escrituras y atestiguan su texto. Esto sucedió sólo seis siglos después del Rey Salomón. Además los escritos de Josefo han estado en manos no judías durante 2000 años. Pero por encima de todo, está el hecho claro que nuestra nación, por más que se retroceda en los anales de la historia, proclama en forma unánime, la autenticidad y autoridad de las Escrituras.

J. -¿No tienen las otras naciones tradiciones con doctrinas distintas?

S. -Sus propias tradiciones refutan sus religiones y comprueban su falsedad.

J. -¿Cómo?

S. -Las tradiciones de los hindúes, chinos, eslavos, escandinavos, griegos, romanos, fenicios, asirios y egipcios, se muestran a sí mismas como una vaga y confusa mezcla de fantásticas mitologías. Aunque tuvieron filósofos y maestros, ninguna de estas tradiciones trata de hacer remontar una tradición ordenada o verosímil de una Verdad dada por D–os. Por ejemplo, las enseñanzas de Confucio influyeron en cierto grado sobre los chinos y las de Sócrates sobre los griegos, pero estos maestros nunca dijeron haber recibido instrucción Divina. Los antiguos galos, godos, tártaros, árabes (antes de Mahoma) y mongoles, tenían sólo tradiciones confusas y desordenadas. Estas tradiciones son en sí mismas la prueba más fuerte de su frivolidad e incredibilidad. Además de la tradición de la Torá, hay sólo otras dos tradiciones que tienen una apariencia de orden, la de los seguidores de Yeshu y el Islam.

J. -¿Cómo es que sus tradiciones se refutan a sí mismas y comprueban su falsedad?

S. -Los escritos de los seguidores de Yeshu establecen claramente que todos los Sabios de los judíos se oponían a ellos. Ni un solo hombre culto los apoyaba. Los notzrim (cristianos) también mencionan en sus escrituras que sus únicos seguidores eran algunos de los hombres más ignorantes y personas de la clase más baja. Aun entre ellos, la gran mayoría se oponía a los nazarenos. La afirmación de Yeshu de ser profeta, estaba basada en su propia palabra, pero ninguno de los Sabios o sus grandes asambleas que se encontraban en ése entonces muy activas, lo apoyaban. Los escritos de los seguidores de Yeshu coinciden en que los Sabios lo reprendían a él y a sus seguidores por violar las leyes de la Torá. Los escritos lo consideran de la simiente de David, pero al mismo tiempo afirman que no tiene padre. Y bien, aun los más ignorantes de nuestro pueblo saben que sólo el linaje a través del padre, se toma en consideración para la genealogía bíblica. Además dijo que no pretendía cambiar la Ley de Moshé, pero él mismo anuló algunas leyes y sus seguidores anularon todas. También dice ser el Mesías, cuya función según se predice en la Biblia, es redimir a Israel; pero con él vimos lo contrario de redención. Asimismo, su argumento de ser el Mesías quedo refutado por su muerte, pues el Mesías, como está claramente predicho por los profetas, aparecerá y gobernará en Israel en persona. Además las Escrituras predicen (Yishayá [Isaías] 45; Tzefaniá [Sofonías] 3) que todas las naciones se unirán bajo la fe verdadera con el advenimiento del Mesías; pero después de Yeshu, nada parecido aconteció. Por el contrario, surgió el Islam y se expandió en muchas naciones, mientras que el Cristianismo mismo se dividió en muchas sectas beligerantes que se mataban entre sí.

J. -Estos son argumentos incontrovertibles.

S. -He aquí algunos ejemplos de los errores extremos de los escritores del Testamento de Yeshu. Mateo escribe (23): "Zacarías, hijo de Berequías, al cual matasteis". ¡Éste es un grave error! Pues al que asesinaron fue Zacarías el hijo de Yehoyadá (II Crónicas 24), 254 años antes de la destrucción del Primer Templo; mientras que Zacarías, el hijo de Berequías a quien no mataron, profetizó en el segundo año de Darío, 70 años después de la destrucción del Primer Templo. Un error de 324 años. También: (Marco 2) David entró a la casa de D–os siendo Abiatar el sumo sacerdote. ¡Error! Vino a Ajimélej, padre de Abiatar. Era Ajimélej y no Abiatar el sumo sacerdote en esos tiempos; y Abiatar no se menciona en la visita de David (I Shemuel 21). Una vez más: (Hechos 7) Y enviando Yosef, hizo venir a su padre Yaakob y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas. ¡Otro error! Sólo eran setenta. Otro ejemplo (ibid.) Así descendieron Yaakob y nuestros padres (sus hijos) a Egipto, donde murieron y fueron trasladados a Shejem para ser sepultados ahí. ¡Error! Yaakob no fue enterrado en Shejem. Otra vez (ibid.) …trasladados a Shejem para ser sepultados en la tumba que compró Abraham de los hijos de Jamor en Shejem. ¡Varios errores! No fue Abraham sino Yaakob quien compró tierra en Shejem (Bereshit 33); Abraham no compró tierra en Shejem de los hijos de Jamor, sino en Jebrón a Efrón, como lo dice textualmente en Bereshit 23 y en otras partes. Otra versión aún peor dice que Abraham compró de Jamor el hijo de Shejem. ¡Error! Shejem era el hijo de Jamor.

J. -Éstos son errores que cualquiera puede ver. ¿No los explican de alguna manera?

S. -A sus eruditos actuales no les faltan explicaciones, incluyendo la afirmación que nuestras Escrituras son incorrectas. Pero aun dando las explicaciones que quieran, los seguidores originales de Yeshu dieron un testimonio para todos los tiempos de su clara ignorancia en asuntos sencillos. Pero recuerda que estos primeros escritores, estaban también interesados en comprobar su causa con las Escrituras, por lo tanto además de errores, hay numerosos ejemplos de párrafos en las Escrituras que distorsionaron intencionalmente. Por ejemplo, Pablo (a quien Tomás Jefferson llamó "el gran corruptor") trata de probar que el verdadero pueblo de D-os no es Israel, sino aquellos seguidores de Yeshu, aun gentiles, y dice (Romanos 9): como está dicho en Hoshea (2) "¡Llamaré al que no era mi pueblo, pueblo mío!" ¡Una distorsión evidente! Lee al final del primer capítulo de Hoshea. "Y D–os dijo, ponle por nombre LO-AMMÍ, porque no sois Mi pueblo". Luego al principio del segundo capítulo: "El número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no puede ser medida ni contada y sucederá, que en vez de lo que se les dijo "Vosotros no sois Mi pueblo", se les dirá "Vosotros sois los hijos del D–os viviente". Ésta es la misma idea que se repite al final del capítulo "Y les diré a los que no habían sido Mi pueblo, eres Mi pueblo". Pablo distorsiona la misma promesa que D-os hizo a Israel como Su pueblo, para demostrar lo contrario de lo que significa el versículo, y probar que los gentiles serán llamados el pueblo de D-os. Otro caso: el párrafo (Debarim 30) "Pues este mandamiento que Yo te ordeno hoy, no es incomprensible para ti y no está lejos. No está en los Cielos para decir: ¿Quién subirá por nosotros a los Cielos, lo tomará para nosotros y nos lo hará escuchar para que lo cumplamos? Y no está más allá del mar para decir: ¿Quién pasará por nosotros al otro lado del mar y nos lo traerá y nos lo hará escuchar para que lo cumplamos? Sino que la palabra está muy próxima a ti en tu boca y en tu corazón, para cumplirla". Éste es un claro y evidente pasaje acerca de "Los Mandamientos" y la "palabra" de D–os que debemos "cumplir".   Pero ellos (Romanos 10) lo citan para comprobar su propio punto de vista: "No digas en tu corazón quién subirá al Cielo, esto es, para traer abajo al Mesías, o quién descenderá al abismo, esto es para traer al Mesías de los muertos". Otro caso: el pasaje (Salmos 40) "Sacrificios y ofrendas no quisiste, (me hiciste entender) al abrir mis oídos". Un pasaje claro y manifiesto que el escuchar y obedecer a D–os es más importante que el donar ofrendas. Pero ellos (hebreos 10) lo citan para probar que el cuerpo de su guía se escogió como expiación en lugar de las ofrendas y lo explican así: "Sacrificios y ofrendas no quisiste, mas te apropiaste un cuerpo". Otro ejemplo: el pasaje de Hoshea (11) "Cuando Israel era joven Yo le amaba, y al sacarle de Egipto le llamaba hijo Mío". ¿Qué puede ser más obvio que eso? Pero ellos alegan que este pasaje es prueba de que D–os mandó llamar a su guía de Egipto, lugar al que dicen fue llevado de niño. Hasta un ignorante sabría que este versículo es una repetición del pasaje (Shemot 4): "Y dirás al Faraón, así dijo el Eterno: mi hijo, mi primogénito es Israel. Y dije a ti envía a mi hijo y me servirá". La lista de tales ejemplos es muy larga.

J. -¿Y el Islam?

S. -Las propias palabras de Mahoma en el Corán refutan cualquier pretensión de veracidad. Sitúan a Hamán en los tiempos del Faraón que esclavizó a los israelitas en Egipto. Comete dos veces este craso error en dos distintas ocasiones. Él dice que fue el rey Shaúl y no Guidón quien probó a sus hombres bajándolos al agua a beber (Jueces 7). Acusa a los judíos de considerar a Ezrá como hijo de D–os, tal como lo fue Yeshu para sus seguidores, aun siendo que nadie de nuestro pueblo oyó alguna vez tal actitud para con Ezrá o cualquier otro de nuestros Profetas o Sabios. Sus narraciones de la Biblia son una miscelánea de errores. Alega que los judíos falsifican las Escrituras para contradecir al Islam; sin embargo, el hecho que las Escrituras ya estaban traducidas y en posesión de otras naciones 800 años antes de Mahoma, contradice esta declaración. Errores obvios como estos, refutan cualquier pretensión de profecía.

J. -Siempre tuve la convicción de que éramos capaces de refutar sus declaraciones, pero no me había dado cuenta, hasta ahora, de qué tan claramente las refutaban sus propios escritos.

S. -Además, Mahoma declara en numerosos pasajes que sus contemporáneos se mofaban de él como un impostor y le exigían milagros y señales convincentes. El tema más frecuentemente mencionado en el Corán, es la oposición y el escepticismo de su generación. Para impugnar a sus opositores que lo ridiculizaban, su única arma era la amenaza de castigo en el mundo por venir y la amenaza de destrucción en esta vida, de la que frecuentemente se encargaba con su propia espada. Tanto Mahoma, como los seguidores de Yeshu admiten que los judíos los rechazaban y que sólo los idólatras se adherían a su causa. Los mahometanos han mantenido en alto la verdad de nuestros libros proféticos por 1300 años, y los seguidores de Yeshu lo han hecho por 2000 años. Y aun así, ambos admiten que nuestros Sabios se oponían a ellos. Al admitir esto, comprueban su error.

J. -¿Cómo es eso?

S. -Porque la ley, que como ellos admiten proviene de D-os, establece (Debarim 17) "Cuando fuere dificultoso para ti un asunto de juicio, subirás al lugar que eligiere el Eterno, tu D-os e irás a los sacerdotes, los levitas y al juez que esté en esos días e inquirirás, y te dirán la palabra del juicio. De acuerdo a la ley que te enseñaren, y según la ordenanza que te dijeren harás; no te desvíes de lo que te dijeren, ni a la derecha, ni a la izquierda". Si todos los seguidores tanto de Mahoma como del Nazareno admiten que todos los Sabios se oponían a ellos entonces, admiten también que los judíos hacen bien al obedecer a sus Sabios.

J. -Pero tal vez el mandato se refiere sólo a los jueces de Jerusalem, que posiblemente no estaban ya en los tiempo de Mahoma.

S. -Estuvieron ahí en los tiempos de Yeshu y lo rechazaron, como lo admiten las propias Escrituras de sus seguidores. Por eso, los seguidores de Yeshu refutaron la ley que exige obedecer a los Sabios de Jerusalem, "No te desvíes de lo que te dijeren, ni a la derecha ni a la izquierda". Y ya que Mahoma declara en el Corán, que Yeshu fue un profeta, se opone igualmente a los Sabios de Jerusalem que lo rechazaron y por lo tanto él también está equivocado.

J. -Así es que su propia tradición demuestra sus falacias y su falta de conocimiento de las Sagradas Escrituras, así como el hecho que los judíos conocedores de la Ley se oponían a ellos y que sus únicos seguidores eran los hombres más ignorantes y los idólatras.

S. -Y que no se realizaron a través de ellos ninguno de los milagros evidentes, perennes, públicos e irrefutables. Pero nuestra tradición se mantiene entre las de las demás naciones como un ser viviente entre las estatuas de cera. Nuestros documentos afirman que toda nuestra nación, (siendo de varios millones), atestiguó con sus propios ojos y oídos la presencia de D–-os cuando Él les dio Su Ley en el Monte Sinai, y nuestros escritos no registraron un solo caso en que alguien desafiara este hecho. Nuestros documentos establecen que las plagas se infligieron sobre Egipto a los ojos de todos, tras haberse predicho que vendrían en la forma designada y en tiempo establecido, toda la nación egipcia las experimentó y todo nuestro pueblo fue testigo. Nuestros documentos establecen que toda nuestra nación presenció la partición del Mar Rojo, a través del cual pasamos y en el que los egipcios se ahogaron. Después de eso, durante 40 años, toda nuestra nación fue testigo constante de la nube de gloria Divina y la columna de fuego nocturna, y por cuarenta años cada persona comió lo que descendía del Cielo. Estos hechos no les fueron contados por individuos, sino que fueron presenciados por millones. La gente no era dócil, sino obstinada, pues se opusieron a sus guías en numerosas ocasiones y aceptaban sólo lo que podían ver. Aceptaron la Torá, no porque Moshé (Moisés) les mostró milagros, sino porque oyeron la voz de D-os que les hablaba desde el Monte Sinai. Tras recibir la Torá, pasaron cuarenta años en estrecha unión y escaso contacto con otras naciones, para que pudiesen consolidar su conocimiento de Torá sin infiltración de influencias extranjeras. Ya que no poseían tierras para labrar ni comercios, tenían el suficiente tiempo libre para dedicarse al estudio de la Torá con la máxima diligencia. La Torá no fue predicada por individuos que posteriormente lograban persuadir o coercer multitudes, como las religiones creadas por el hombre. Desde el primer día, la Torá fue aceptada por toda la nación sin excepción. Nuestras crónicas sagradas son escrupulosamente honestas en revelar las faltas de hasta los hombres más grandes; y aunque se registran casos de desobediencia, nunca hubo un solo caso en que se desafiara la verdad de la Torá o de los eventos del éxodo en el desierto, en los 1380 años desde que fue recibida la Torá en el Monte Sinai hasta la era del Segundo Templo y aún después.

J. -Ahora entiendo por qué las últimas palabras de la Torá son: a los ojos de todo Israel". "Y no surgió otro profeta en Israel, como Moshé… y a quien el Eterno enviare a hacer todas las señales y los prodigios en la tierra de Egipto, al Faraón, y a todos sus siervos, y a todo su país; y por toda la mano poderosa y por todo el temor grande que causó Moshé a los ojos de todo Israel". El hecho que tal expresión esté colocada en el mismísimo fin de la Torá, es evidencia de su extrema importancia.

S. -Bien dicho. Y se enfatiza esta máxima una y otra vez. Estos no fueron asuntos realizados en forma privada, presenciados por algunos individuos que luego persuadieron multitudes a creer. La multitud fue testigo ocular. "Y habló Aharón todas las palabras que dijo el Eterno a Moshé e hizo las señales a los ojos del pueblo" (Shemot 4:30). "Y alzó la vara y golpeó las aguas que había en el río, ante los ojos del Faraón y ante los ojos de sus siervos, y se convirtieron las aguas que había en el río, en sangre" (ibid. 7:20). "E Israel vio a los egipcios muertos sobre la orilla del mar" (ibid.14:30). "Y vio Israel el poder grande que usó el Eterno contra los egipcios" (ibid. 14:31). "Y que estén preparados para el tercer día, porque en el tercer día descenderá el Eterno a la vista de todo el pueblo sobre el Monte Sinai" (ibid. 19:11). "Y todo el pueblo percibía los truenos y las llamas y la voz del cuerno y el monte estaba humeando" (ibid. 20:18). "Y el aspecto de la gloria del Eterno, como fuego devorador en la cima del monte, a los ojos de los hijos de Israel" (ibid. 24:17). "Y vieron Aharón y todos los hijos de Israel a Moshé, y he aquí que brillaba la piel de su rostro y temieron acercarse a él" (ibid. 34:30). "Porque la nube del Eterno estaba sobre el tabernáculo de día y fuego había de noche en él a los ojos de toda la casa de Israel, durante todos sus viajes" (ibid. 40:38). "Que Tú, el Eterno, estás entre este pueblo, que a la vista Te apareciste Tú, el Eterno, y Tu nube está sobre ellos, y en columna de nube, Tú andas delante de ella de día, y en columna de fuego de noche" (Bamidbar 14:14). "Al día siguiente de Pesaj salieron los hijos de Israel con las manos en alto, a los ojos de todo Egipto" (ibid. 33:3). "Y dio el Eterno señales y prodigios grandes y funestos en Egipto, contra el Faraón y contra toda su casa, ante nuestros ojos" (Debarim 6:22).


jueves, 13 de mayo de 2010

Shavuot: El secreto de la Unión

Shavuot: El Secreto de la Unión


Estamos a pocas horas de Shavuot, una de las tres festividades en que la Torá nos ordena subir a Ierushalaim, para llevar las ofrendas de la cosecha al Templo sagrado. En Pesaj, el principio de la temporada de la cosecha en Israel, se lleva la ofrenda del trigo, en Shavuot llevamos las primicias de la cosecha de cebada, que conocemos como el Omer. Esta ofrenda es diferente de otras porque es colectiva. Se va acopiando todos los aportes de los agricultores y se toma una pequeña cantidad que se mezcla con aceite para hacer una masa. Esta ofrenda es llevada al Altar, y allí el Sumo Sacerdote realiza la ofrenda de Minjá, que consiste en tomar una pequeña cantidad de esa mezcla entre en sus dedos medio y anular, y arrojarla al fuego. En esa pequeña ofrenda se unen todas las intenciones y almas de todo el Pueblo de Israel.
Esta unión, aparentemente simbólica e indirecta, es justamente la condición para poder recibir la Torá, la sabiduría de Hashem que expresa Su Voluntad para cada pueblo, cada persona y para cada uno y una de los infinitos componentes que creó y crea continuamente. Para llegar a esta unión hace falta un proceso colectivo e individual que lleve a que sea verdadera y profunda, eterna y fuerte que no se desintegre ante las pruebas de la vida. Como en la generación de la Torre de Babel, que estaban unidos en aras de un objetivo en común, construir un edificio que llegue hasta el Cielo y allí luchar contra Hashem.
En otras palabras, creían en que existía Dios, pero pensaban que era un ente que podía ser sometido y utilizado para sus propios fines. Esta era una unión era tan fuerte que Hashem tuvo que confundir sus lenguas para destruirla, estaba destinada al fracaso, porque estaba impulsada por el egoísmo del corazón del hombre que ve a la Creación como algo que fue creado para él, para satisfacer sus deseos y necesidades a expensas de los demás.
Pero la unión para recibir la Torá tiene que ser algo verdadero y eterno. Para llegar a ella el Baal Shem Tov nos enseñó un proceso de refinamiento y superación de tres etapas: sumisión, separación y dulcificación. ¿Cómo sabemos que esto es así? Porque como todas las cosas verdaderas tiene su base en la Torá. Justamente lo aprendemos de los versos anteriores a la llegada del pueblo de Israel al Monte Sinaí, el 1 del mes de Siván, para prepararse a recibir la Torá (Éxodo 19:2-4:):
“A principios del tercer mes, después de haber salido los Hijos de Israel de la Tierra de Egipto, en este día llegaron al desierto del Sinaí”
“Y salieron de Refidim y vinieron al desierto del Sinaí, y acamparon en el desierto, y acampó allí Israel frente al Monte”
“Y Moshé subió hacia Dios y lo llamó Havaiá desde el Monte diciéndole: ‘Así hablarás a la Casa de Iaakov y le dirás a los Hijos Israel” 
Explica Rashi “ya había dicho la Torá que estaban en Refidim y fueron al desierto ¿para qué había que repetir que salieron de Refidim? Porque así como llegaron al desierto en teshuvá, (retorno a Dios) también salieron de Refidim en teshuvá”. Para entender este primer paso como la sumisión necesaria para la preparación de la recepción de la Torá, debemos recordar que allí se asentaba el pueblo de Amalek. Amalek, de guematria safek, “duda”. Es ese sentimiento que nos enfría y nos hace preguntarnos ¿Acaso está Hashem en nosotros? En lo que estamos haciendo, en lo que es y significa la Torá.
Explican los sabios Refidim como rifióniadaim, “bajar los brazos”, desalentarse y darse por vencido frente a la tarea del estudio de la Torá, que necesita fuerza de voluntad y decisión de querer retornar a Hashem y conectarse con Él. Entonces “y salieron” es alejarse del pecado, someterse a Dios. Es la teshuvátataá, el retorno o arrepentimiento inferior de alejarse del pecado proveniente de la duda. Primer paso. Pero un talmidjajam, una persona que se dedica al estudio de la Torá y se aleja del pecado, puede estar haciéndolo por interés propio, o por miedo al castigo, por su ego, por eso debemos seguir adelante.
El segundo paso de “acamparon” en el desierto es la separación o havdalá necesaria para meditar y conocerse a sí mismo y ver las cosas objetivamente. Pensar por qué las hacemos, si es porque nosotros decidimos que eso está bien o es de nuestro interés particular o porque nuestro objetivo es en aras de algo superior en armonía con la Voluntad del Creador. Y no hay mejor lugar para enfrentarnos a nosotros mismos que la soledad del desierto, que en nuestra generación puede ser perfectamente también en medio del bullicio del centro de la ciudad. Solos con Dios, liberados de la influencia de los deseos materiales, nos anulamos frente al infinito. Esta autoanulación nos lleva a retornar a Dios con humildad, de una manera más elevada llamada teshuvá Ilaá, “retorno superior”, de querer cumplir la voluntad de Dios pero sólo porque así Él lo quiere, porque sabemos que Su saber es el correcto y al anularnos nos hacemos uno con Él. Una sola voluntad.
Y salieron… y vinieron… y acamparon… nos está indicando que aún estaban separados entre ellos. Había una pluralidad que habla de la desconexión entre la mente y los sentimientos, que produce a su vez sentimientos enfrentados y disgregados. Pero justamente allí se estaba gestando la tercera etapa de dulcificación, que en nuestro caso es la unidad que nos capacita para ser un recipiente adecuado para la recepción de la Torá. Refinar la mente y los sentimientos es aprender a que trabajen en conjunto, se inter incluyan en estructuras o partzufim.
En el desierto miramos a nuestro alrededor, con la vista baja para que el sol no nos lastime los ojos, pero cuando “y acampó allí Israel frente al Monte” los ojos se dirigieron a lo alto, hacia ese lugar en que Dios se iba a posar para dar por anulado el decreto de que “Las alturas no bajarán a los mundos inferiores y los inferiores no subirán a las alturas”. Esa elevación cósmica produjo en el Pueblo de Israel que “y acampó”, en singular. Como dice Rashi “como un solo hombre y un solo corazón”. La dulcificación final del Baal Shem Tov, que si meditamos en ella podemos referirla y utilizarla para todos los procesos de nuestra vida. En Cabalá esto se denomina la elevación del reinado hacia la corona. El Maljut refinado producto de recibir la interacción armónica de todas las sefirot intelectuales y emocionales, puede elevarse por sobre ellas transformándose en su Corona. El secreto de “la mujer (maljut) de valor es la corona (keter) de su marido (jojmá).
Explica la Cabalá y el Jasidut que la sefirá que justamente tiene la capacidad de producir la unión es Daat, “conocimiento”: “Y Adam conoció (daá) a Javá”. El Sefer Ietzirá dice que las sefirot son 10 y no 11, 10 y no 9. Siempre son diez porque cuando figura Keter no está Daat y viceversa. Daat se ocupa de unir las sefirot intelectuales con las emocionales, por el poder del conocimiento que proviene directamente de la Conciencia Suprema llamada Corona o Keter. Entonces, cuando el Conocimiento Supremo está revelado, todas las sefirot se unen automáticamente. En realidad Daat no se considera una sefirá, sino más bien ese poder de unión. En nuestro mundo material, en que Dios, lo espiritual, lo inconsciente no está revelado, se reconoce a Daat como la sefirá intermediaria de esa unión.
Este es también el secreto de la parashá de semana, Nasó. Esta palabra se traduce comúnmente como “censo”, contar personas o cosas. Pero la traducción del hebreo es “elevar”, como dice “eleva la cabeza de los hijos de Merarí, de la tribu de Leví…”. Siempre que el pueblo de Israel se enfrenta a una prueba o una tarea especial, Hashem los cuenta, como el dueño de un tesoro que no se cansa de volver a repasar y pulir sus joyas. Si falta alguna piedra preciosa la va a buscar por todos lados, aunque tenga miles de ellas. De esta manera Hashem eleva a cada uno y uno de nosotros para saber que tenemos una tarea especial que hacer, que nadie puede faltar, que juntos formamos una unidad estructural.
Este es también el secreto del Jasidut, que nos reúne a todos a través de unir la Torá escrita y la oral, la revelada y la oculta, el Musar y la Cabalá, lo espiritual y la naturaleza (ciencia), la mente y los sentimientos, el Pueblo de Israel y los Justos de las Naciones.
Entonces, cuando estamos unidos, cada uno con la tarea que Dios le ordenó, con la mente y sentimientos en armonía, podemos estar “frente al Monte”, mirar hacia arriba y ver cómo el Moshé Rabeinu de nuestra generación, el Mashíaj Verdadero, sube al monte para descender con la Voluntad Revelada de Hashem, la noticia de la Nueva Torá, esa misma Torá que recibió aquella vez, pero nueva frente a nuestros ojos sin mantos que los nublen.
Porque en ese día, de la Redención verdadera y definitiva, veremos con nuestra carne que “la tierra se llenará del conocimiento de Dios, como la aguas cubren el mar”.
(basado en las enseñanzas del rabino Itzjak Ginsburgh shlita, especialmente de la clase de Rosh Jodesh Siván 5769)
Jag Shavuot Sameaj, recibamos la Torá con Alegría y Profundidad
Con Bendiciones desde la Tierra de Israel
La Dimensión Interior
Tomado de: http://dimensiones.org/canales/vidmodrn/viviendo%20con%20el%20tiempo/SIVAN/sivan69.htm

domingo, 9 de mayo de 2010

Natzratim: cuando los evangélicos ya no saben qué hacer


NATZRATIM: CUANDO LOS EVANGÉLICOS YA NO SABEN QUÉ HACER PARA SENTIRSE JUDÍOS.




Autor: Irving Gatell.


Tenía que pasar: el cristianismo es cismático por naturaleza, y la tendencia ha alcanzado a los llamados Judíos Mesiánicos.
¿De dónde viene la naturaleza cismática del cristianismo? De la obsesión por definir el “correcto modo de creer” (ortodoxia, en su sentido más estricto), objetivo incompatible con la naturaleza humana: inevitablemente, cada quien termina por desarrollar sus propios modos de apreciación de las cosas. Al final de cuentas, por mucha afinidad que se pueda tener en aspectos generales —sobre el tema que sea—, siempre va a haber diferencias en las opiniones particulares.
Esto es algo que la pretendida ortodoxia cristiana no tolera, y la historia de esta cultura y religión ha sido una feroz batalla por lograr establecer —generalmente, imponer por la fuerza— el correcto modo de entender las cosas.
Por ello, para que el catolicismo romano se consolidase como cristianismo oficial, primero tuvo que imponerse —de modo bastante violento en algunas ocasiones— a otros modos de entender al Cristo (gnósticos, montanistas, marcionistas, monofisistas, docetistas, ebionitas y demás; la lista de “herejes” ofrecida por Ireneo de Lyon a finales del siglo II es larguísima).

El peor enemigo del catolicismo fue, en su momento de apoderarse del control, el arrianismo, con el cual tuvo que coexistir varios siglos antes de derrotarlo de modo definitivo. Pero no fue suficiente: para ese momento, las diferencias con las Iglesias de Oriente ya estaban bien definidas, y el cisma se volvió inevitable, y además oficial a partir del siglo XI. Luego, los cátaros, los hussitas, los wycliffianos y Jerónimo Savonarola, todos ellos antecedentes del peor cisma en occidente: el protestantismo.
Y, desde entonces, la invención de tantos cristianismo como se pueda: luteranos, calvinistas, anglicanos, metodistas, presbiterianos, mormones, la Luz del Mundo… Imposible sugerirlos siquiera.       Hoy en día, son miles y miles.
Tarde o temprano, el fenómeno tenía que darse dentro de una de las últimas modas del cristianismo evangélico: los llamados Judíos Mesiánicos.
¿Cuál es la lógica por la que se presentan estos cismas?
En realidad, es bastante simple: no se ha entendido a Jesús de Nazaret de modo correcto, o no se han aplicado sus enseñanzas de modo correcto.
El primer punto ha sido de vital importancia para el cristianismo en relación al judaísmo. Al final de cuentas, para cualquier cristiano comprometido con lograr que todos crean en Jesús, es un punto muy difícil de asimilar el por qué los judíos —el propio pueblo de Jesús— no creyeron en él.    Por ello, muchos de sus razonamientos siempre han tenido un enfoque concreto: ¿de qué modo se les puede presentar a los judíos la correcta visión de Jesús, para que puedan entender que es el Mesías? (Curiosamente, nunca se les ha ocurrido la posibilidad de cuál será el modo en que ellos puedan lograr la correcta visión de Jesús, para que entiendan que no es el Mesías).
No se dan cuenta, pero es una postura ridícula. Generalmente, apelan a que el gran problema es el pésimo testimonio que ha dado la Iglesia Católica con sus violentos modos de intentar convencer. O incluso, el error estratégico del protestantismo durante mucho tiempo y en muchos lugares, al pretender lograr conversiones de judíos que impliquen un completo abandono de sus raíces espirituales y culturales. Lo sorprendente es que no aceptan, bajo ningún ángulo, que el asunto es más simple: los judíos no pueden creer en Jesús y ya. Jesús no satisface nada de lo enseñado por el judaísmo desde hace 35 siglos. Por eso no creemos, no porque los católicos sean malvados y ciertos protestantes sean torpes e imprudentes. Eso, en realidad, es insultante: nos reduce a una bola de tontos sin criterios que siempre han tomado decisiones basadas en lo visceral.
Así surgió el llamado Judaísmo Mesiánico: un grupo de protestantes ingleses de origen hebreo —en mayor o menor medida—, que se propusieron recuperar parte de su identidad cultural, sin dejar de ser cristianos. Eso, a mediados del siglo XIX. Durante más de un siglo pasaron desapercibidos, pero hacia la segunda mitad del siglo XX empezaron a ponerse de moda, toda vez que con la consolidación del Estado de Israel, el judaísmo volvió a manifestarse ante el mundo como algo sólido y capaz de sobrevivir por sí mismo. Y eso, inevitablemente, hizo que los cristianos más devotos se volviesen a plantear la pregunta: ¿por qué no hemos logrado mostrarle a los judíos que Jesús es el Mesías? Y allí apareció la opción: un tipo de cristianismo que incorpora los elementos externos del judaísmo (como si sólo eso fuera lo importante), perfecto para que los judíos puedan creer, pero sin distanciarse de su identidad.
Sorpresa: no creímos. Así que, tarde o temprano, el fracaso del llamado Judaísmo Mesiánico, además de la tendencia cismática del cristianismo, tenían que producir el siguiente eslabón en la cadena involutiva: el Judaísmo Nazareno. O Natzratim, como prefieren llamarse a sí mismos, para sentirse más judíos.

Los Natzratim han llegado a los extremos que muchos judíos mesiánicos no hubiesen querido llegar. Incluso, suelen mantener opiniones críticas —a veces, incluso, abiertamente malas— de los mesiánicos.
Rechazan la deidad de Jesús, rechazan los dogmas de la Iglesia —Católica o no—, y cada que pueden enfatizan el perfil judío de Jesús, y apelan al “correcto” modo de interpretar el Nuevo Testamento: desde su contexto judío original.

En ese aspecto, debo reconocerles que han diseñado al Jesús más judío que se ha logrado hasta la fecha. Pero tienen un problema bastante serio: no tienen ningún texto en el cual basarse.
¿Apelar a la tradición judía? Imposible. Jesús de Nazaret es irrelevante para el judaísmo rabínico, y por ello no existen ningún tipo de tendencia en el judaísmo durante los últimos dos mil años que les sirva para fundamentar sus creencias. En el mejor de los casos, apelan a autoridades rabínicas que han creído en un Mesías Sufriente, pero sin entrar en demasiados detalles, porque es obvio que —de hacerlo— tendrían que enfrentarse con el hecho de que su idea de “Mesías Sufriente” es radicalmente diferente a la que han sostenido algunas autoridades rabínicas (el punto más simple de visualizar es este: por mucho que algunos autores judíos hayan hablado de un Mesías Sufriente, el hecho es que ninguno creyó que fuera Jesús).
Entonces, no les queda más remedio que apelar al Nuevo Testamento, y allí es donde zozobran todos sus argumentos.
Para justificar su redefinición judaica de Jesús, intentan acercarse al Nuevo Testamento como si fuera un producto judío. Y, al no serlo, tienen que empezar a inventarse presupuestos tan falsos como una moneda de tres dólares con ocho centavos (en la misma moneda, claro).

He aquí los más chistosos (perdón, no tengo otra forma de definirlos):

1. El Nuevo Testamento es un producto judíoPodemos hablar de que el Nuevo Testamento tiene un origen judío, en tanto Jesús de Nazaret fue judío. Pero no es lo mismo hablar del Nuevo Testamento como producto terminado. Es simple: comparémoslo con el Talmud o con los Rollos del Mar Muerto, que son verdaderos productos judíos, tanto en su origen como en su fase de producto terminado.
Como son productos judíos, podemos identificarlos geográficamente de modo concreto: el Talmud se compiló en dos versiones diferentes, la Babilónica y la de Jerusalén, pero siempre en un vínculo indiscutible con las comunidades judíos de esas ciudades. Por su parte, los Rollos del Mar Muerto están vinculados de modo indisoluble con la comunidad Esenia de Qumrán, por lo que tampoco hay posibilidades geográficas para dudar de su identidad judía. Finalmente, los idiomas en los que están escritos son los idiomas característicos de la literatura judía de esas épocas: hebreo y arameo. Sólo un reducidísimo porcentaje de textos del Mar Muerto está en griego.
En cambio, el Nuevo Testamento se empezó a integrar fuera del contexto judío. El primero en integrar una colección de “textos sagrados” fue Marción, posteriormente condenado como hereje por la Iglesia en occidente. No era judío. Después de él, varios líderes cristianos empezaron a definir una posible lista de textos sagrados. Ninguno de ellos fue judío. De ese modo, hacia finales del siglo II empezamos a identificar algunas versiones preliminares del canon del Nuevo Testamento, pero todas ellas fuera del ambiente judío. En cambio, entre los seguidores judíos de Jesús —los Ebionitas—, el único libro que se conservaba era Mateo, según refieren San Jerónimo y Epifanio de Salamis. Jamás mencionan nada semejante a un canon sagrado en estas comunidades.
La urgencia de dejar definido un canon sagrado cristiano se confirmó hasta el Concilio de Nicea (325), pero ni siquiera allí se logró. La lista de los 27 libros oficiales del Nuevo Testamento, así como su redacción oficial, sólo quedó completa hasta los años 393 y 397 en los Concilios de Cartago e Hipona. Este es un dato que puede ser corroborado por cualquiera que guste, en cualquier enciclopedia o artículo sobre el proceso de conformación del Nuevo Testamento.
Pero los Natzratim no lo aceptan. Prefieren insistir en que el Nuevo Testamento es un producto genuinamente judío, pese a que no existe ninguna evidencia de que un judío, o un grupo de judíos, se tomaran la molestia de escoger “textos sagrados” escritos después de Jesús.
Menos aún, textos en griego.

2. El Nuevo Testamento se escribió originalmente en hebreoSe supone —varios autores de la época patrística lo dicen— que los evangelios fueron escritos originalmente en hebreo.
Esta suposición es válida, según la crítica especializada, para Mateo, Marcos y Lucas, aunque no porque los originales estuviesen en hebreo, sino porque son tres diferentes variantes de un mismo original, que pudo haber estado en hebreo. En su defecto, en arameo.
Pero también es un hecho bien definido que ese original hebreo no abarcaba más de una tercera parte del actual texto de Marcos (porcentaje mucho menor en Mateo y Lucas), y que el texto definitivo, tal y como lo conocemos, sólo existe en griego en los manuscritos antiguos.
Las versiones completas más antiguas son los Códices Sinaítico y Vaticano, ambos del siglo V.
Con las epístolas de Pablo hay menos que discutir: fueron escritas para públicos grecoparlantes, por lo que no tiene ningún caso suponer que se escribieron originalmente en hebreo. Es más: fueron escritas para no judíos, por lo que resulta —valga la expresión— estúpido suponer que se escribieron originalmente en hebreo.
¿A qué apelan los Natzratim para insistir en algo que carece de cualquier tipo de evidencia arqueológica o filológica? A que los destinatarios no eran gentiles (“etne” en griego o “goyim” en hebreo), sino las tribus perdidas de Israel (también llamadas Efraim).
Pésimo argumento. Aun considerando la posibilidad de que eso fuese cierto, es un hecho que los judíos de la diáspora (y me refiero a los de la tribu de Yehudah; con mayor razón, a los de las diez tribus perdidas) no hablaban hebreo. El idioma en el que se desenvolvían era el griego, incluso en comunidades de un elevado nivel cultural como la de Alejandría (por eso, Filón escribió en griego).
Pero más aún: justamente, una de las premisas fundamentales del Nuevo Testamento es que los pactos hechos por D-os con el pueblo judío no son exclusivos para el pueblo judío, sino que tienen un alcance universal. Es la esencia del cristianismo: la posibilidad de darle una dimensión universal a la Biblia, porque de lo contrario, se tiene que asumir que sólo es patrimonio exclusivo del pueblo judío (lo que, por cierto, insiste el judaísmo).
Proponer que ese “universalismo” es para incluir en las promesas a las diez tribus perdidas o a “Efraim” es una tontería, porque —en tanto dichas tribus son parte de Am Israel—, son parte de las promesas hechas a Abraham y su descendencia. No hay nada que negociar: tienen tanto derecho como los de la tribu de Yehudah.
Entonces, todos los pleitos registrados en Hechos de los Apóstoles, entre los que querían predicarles a gentiles y los que no, o entre los que proponían un cristianismo no judaizado para los gentiles y los que querían judaizarlos, pierden sentido. Si no se está hablando de gentiles, sino de israelitas, todas las controversias neotestamentarias por el asunto son una estupidez, porque no tiene que discutirse si se deben someter a la Torá o no: si son israelitas, deben circuncidarse, observar el kashrut y todo lo demás. Sin embargo, Pablo siempre propugna porque no se les impongan estas cosas.
¿Por qué? Es obvio: porque no son judíos. Ni israelitas. Ni hablan hebreo.
El idioma del Nuevo Testamento, el proceso de conformación y los espacios geográficos en los que se dio el mismo, sólo apoyan la idea que desde hace 16 siglos está sobradamente clara: se trata de un texto gentil.
Por ello, no existe ningún correlato literario similar al Nuevo Testamento en la literatura judía de la época. Incluso, los estilos literarios son más afines a la literatura helénica (empezando por el concepto de Evangelio), que a la literatura judía.
Para concluir este punto, me limito a citar lo que viene a ser el colmo del tema: el jesuita especializado en papiros antiguos Jose O’Callaghan (español de padre irlandés) provocó una controversia en el mundo académico cuando publicó el resultado de una investigación, según la cual se habría recuperado un fragmento del Evangelio de Marcos entre los Rollos del Mar Muerto. El fragmento en cuestión es el famoso 7Q5, y O’Callghan inmediatamente tuvo que enfrentarse al descredito de los biblistas, que rechazaron tajantemente su teoría. Sin embargo, con el paso de los años ha quedado claro que O’Callaghan tenía razón, y hoy en día no existe ningún filólogo que cuestione el trabajo de este erudito español. Naturalmente, los biblistas siguen empecinados en negar algo que, por cierto, no corresponde a su área de trabajo.
Entonces, tenemos el hecho de que un fragmento del evangelio de Marcos se recuperó en una colección de textos judíos cuya fecha más tardía es el año 68. Se trata, por lo tanto, del fragmento más antiguo del Nuevo Testamento.
Curiosamente, es uno de los pocos papiros recuperados en el Mar Muerto (la abrumadora mayoría de los documentos son pergaminos). Y, para colmo, ¡está en griego!

3. El Nuevo Testamento debe citarse en hebreoUn recurso muy frecuente de los Natzratim para exponer sus ideas es citar el Nuevo Testamento en hebreo, pese a que no existe una sola copia antigua del Nuevo Testamento en hebreo. Lo más antiguo que se tiene es la versión del evangelio de Mateo —apenas uno de 27 libros— conocido como Shem Tov, y que —en realidad— es una traducción medieval. Ningún especialista se tomaría en serio la posibilidad de que el manuscrito Shem Tov sea la versión original de Mateo.
¿Cómo intentan salir del brete los Natzratim? Apelando a que sí existe una versión en arameo —por lo menos— del Nuevo Testamento, previa a los Códices Sinaítico y Vaticano: la Peshitta, que —según insisten— data del siglo I, o a lo más del II.
No sé si concederles el beneficio de la duda y sospechar que lo dicen en una amable ignorancia, o simplemente concluir que sus argumentos son falaces y tramposos.
¿Dónde está el problema? En que la Peshitta que data del siglo I es la del Tanaj, NO LA DEL NUEVO TESTAMENTO. Esta última, data del siglo V, y la gran mayoría de los especialistas considera que se trata de una traducción al arameo de los textos originales EN GRIEGO. La prueba es simple: el tipo de escritura usado en la Peshitta acusa rasgos bizantinos. Además, no está en arameo palestino, sino en arameo siriaco (el arameo del cristianismo, no el del judaísmo).
Por eso, las frecuentes citas al idioma hebreo sólo son un intento por darle al Nuevo Testamento un forro que no tiene (si, por lo menos, citaran el arameo de la Peshitta, habría un poco más de honestidad intelectual). Se trata de traducciones, no de palabras originales. Claro, a la hora de engatusar incautos, igual y pueden funcionar. Pongo un ejemplo:
En un debate que leí en internet, que giraba en torno al tema de la deidad de Jesús o su preexistencia como individuo, se le argumentó a un nazareno que Pablo, al citar un antiguo Himno conocido como el Misterio de la Piedad, comienza diciendo “D-os fue manifestado en carne”.
El nazareno refuta que esa no es la palabra original del pasaje, y que se debe tratar de una traducción incorrecta —o por lo menos inexacta— del hebreo Elohim, que puede traducirse como “D-os”, pero también de otros modos.
Correcto, salvo que tenemos un problema: no existe ninguna evidencia de que ese texto originalmente haya sido escrito en hebreo. Tampoco, que ese himno haya sido cantado primero por comunidades hebreo parlantes.
El punto de partida es un texto en griego, y en ese idioma, el texto dice “D-os fue manifestado en carne”. Así que, si se trata de hacer un trabajo serio de exégesis, el punto de partida es ese, y no un supuesto texto que debió decir otra cosa. Eso, en términos simples, es una farsa de muy mala calidad.

¿Cuál es el problema de los Natzratim?Que judaizaron a Jesús tanto, que tienen que recurrir a la sistemática y arbitraria alteración del sentido claro del Nuevo Testamento. Por ejemplo, en el caso que cité, se recurre a un supuesto original que no existe, para demostrar que cuando dice “D-os fue manifestado en carne”, no se debe entender que “D-os fue manifestado en carne”. Sino todo lo contrario.
Vez tras vez, los argumentos de los Natzratim son lo mismo: enfrentarse con lo que el Nuevo Testamento dice, para luego intentar demostrar que no lo dice, sino que todo es culpa de la malinterpretación cristiana, basada en no haber entendido el idioma hebreo, pese a que no hay evidencia alguna de que exista un antecedente en hebreo del Nuevo Testamento completo.
¿Cuáles son los temas que los Natzratim tienen que forzar, tergiversar y alterar para poder ajustar —bueno, eso creen ellos— el Nuevo Testamento a sus ideas sobre Jesús? Principalmente, los siguientes:
a) Que Jesús es D-os encarnado
b) Que la Torá es obsoleta
c) Que las instituciones de la Torá han quedado anuladas
d) Que el judaísmo está “desgajado” de los pactos de D-os
e) Que el Nuevo Testamento es para gentiles

Apelan a que para demostrar que esas ideas son falsas, sólo hay que hacer una lectura judía del Nuevo Testamento, pero no explican por qué rayos, durante dos mil años, al judaísmo jamás se le ocurrió eso. Por el contrario: la experiencia universal en el judaísmo, ha sido que —al leer el Nuevo Testamento— queda claro que ahí se enseña que Jesús es D-os, que la Torá está obsoleta, que sus instituciones están anuladas, que el judaísmo ha sido desgajado por D-os, y que el patrimonio de las promesas ahora es para los gentiles. Por eso, el judaísmo siempre ha rechazado al Nuevo Testamento, porque es incompatible.

Eso es, en resumidas cuentas, el movimiento Natzratim: un grupo de cristianos (básicamente, de origen adventista) que judaizó demasiado a Jesús, y que para justificar sus puntos de vista, intentan forzar al Nuevo Testamento hasta lo inverosímil, cayendo en argumentos ilógicos, insostenibles, y que provocarían la risa de cualquier especialista de postura neutral y fría.
Como plus a todo este sinsentido, apelan a que son los herederos del grupo de judíos que siguieron a Jesús. Dicho en otras palabras, que son los verdaderos seguidores de Jesús.
La evidencia histórica es contundente: los nazarenos —si acaso fueron los continuadores de los seguidores originales de Jesús— desaparecieron hacia el siglo VI.
La prueba simple es que nadie podría citar los nombres de ningún nazareno destacado desde el siglo II hasta el siglo XX, y menos aún documentos trascendentales que expliquen los puntos de vista nazarenos, ni sus controversias con el judaísmo rabínico (digo, si se tienen registro de las controversias entre caraítas y rabínicos, debería haberlo también de los nazarenos).

Lo que tenemos hoy apareciendo por todos lados en internet sólo es otra secta surgida del contexto evangélico, que viene a convertirse en el inevitable cisma en el interior de las tendencias mesiánicas.
Es decir: otro grupo de cristianos que, ya sea por ingenuidad o mala leche, verdaderamente se cree que son la recuperación del verdadero mensaje de Jesús y, con ello, portavoces del verdadero judaísmo.