martes, 31 de diciembre de 2013

¿Diez tribus perdidas? La mentira del Anglo-Israelismo y el Israel perdido

¿Diez Tribus Perdidas? La mentira del Anglo-Israelismo y el Israel perdido

BS"D


Por Fabían Sepúlveda.

Una de las ideas más difundidas  por los mesiánicos,mormones, natzratim, además de otros cristianos, es que después de la deportación de  Israel en el reinado de Oseas, las 10 tribus  del norte fueron asimiladas y,por lo tanto, actualmente están perdidas y muchos de ellos son, por ejemplo, "efraimitas", sin tener base alguna más allá que su fe o los textos escritos por sus pseudo-maestros.


Para entender bien el asunto, hay que remontarse en el tiempo histórico posterior a la muerte del rey Salomón.

Como sabemos, las 10 tribus  del Norte formaron el reino de Israel y las 2 restantes el reino del sur,conocido también como Judá. Cuando el reino unificado se dividió luego de la muerte de Salomón, hubo israelitas de las tribus del norte que se unieron al Reino del Sur y siguieron manteniendo su identidad, sin perder su origen tribal  y ahora siendo parte del Reino de Judá.

En los libros de Crónicas, se deja en claro que la tribus del norte continuaron existiendo en esos miembros que se fueron al Reino de Judá.

Un texto clave para entender esto, es 2 Crónicas 11:14-16, en donde dice lo siguiente:

Los levitas abandonaron sus campos de pastoreo y demás posesiones para irse a Judá y a Jerusalén, ya que Jeroboam y sus hijos les habían impedido ejercer el sacerdocio del Eterno. En su lugar, Jeroboam había nombrado sacerdotes para los santuarios paganos y para el culto a los machos cabríos y a los becerros que había mandado hacer. Tras los levitas se fue GENTE DE TODAS LAS TRIBUS DE ISRAEL que con todo el corazón buscaba al Eterno, D-os de Israel. Llegaron a Jerusalén para ofrecer sacrificios al Eterno, D-os de sus antepasados".


Si se fijan, en esta parte vemos que, por un lado , la tribu de Leví, decide unirse a Roboam,dado que el rey Jeroboam no les permitió ejercer el sacerdocio, pero también dice en el versículo 16 que con ellos se fueron personas de TODAS las tribus del norte a Jerusalén para servir a Hashem.Esas personas se establecieron allí. Luego, en 2 Crónicas 15:9 vemos que hubo otros de los israelitas que se unieron al reino de Judá, en tiempos de Asa, padre de Josafat, porque veían que el Eterno estaba con él.Eran del reino del norte, pero pasaron a formar parte de Judá, sin perder su identidad tribal.Se mencionan israelitas de Simeón,junto con Efraín,Manasés,además de los que se unieron en aquella época al reino del sur.

De manera que vemos que hubo israelitas del Reino del Norte (es decir, Israel), que se unieron al reino de Judá, mucho antes de que Israel fuera enviado al exilio.Ahora, fíjense en lo siguiente: la caída y cautiverio del reino de Israel se produjo durante el reinado de Ezequías, hijo de Ajaz,en el año sexto de su reinado, como puede leerse en 2 Reyes 18:9-12. Sin embargo, vemos en tiempos de Josías, en 2 Crónicas 34:9 nos dice algo bien interesante:
"Ellos vinieron al sumo sacerdote Hilcías y le entregaron el dinero que había sido traído a la casa de Dios, y que los Levitas guardianes del umbral habían recogido de Manasés y de Efraín yde todo el remanente de Israel, y de todo Judá y Benjamín y de los habitantes de Jerusalén".

Aquí ya había ocurrido años atrás el destierro y exilio de Israel,pero se nos habla de Efraín,Manasés y TODO EL REMANENTE DE ISRAEL.Es decir, no todos habían sido enviados al exilio por Asiria y fueron a reparar el Templo, para posteriormente conmemorar Pesaj, como dice el siguiente capítulo.

Por ende,incluso después del exilio del Reino del Norte tenemos antecedentes de las tribus exiliadas formando parte del Reino del Sur y conservando su identidad.Es decir, seguían siendo de las tribus pertenecientes al ahora exiliado Reino del Norte,como he venido señalando.Por ende, no hay 10 tribus perdidas completamente, por la sencilla razón de que no todos los miembros de ellas fueron enviadas al exilio,sino que antes se habían unido a Judá algunos de ellos (repito,sin perder su linaje y conservando su identidad), y tenemos noticias de que en tiempos de Josías había un remanente de este destierro.

Algunos citan 2 Reyes 17:24-41 como prueba de que las 10 tribus fueron enviadas al exilio y,por tanto, estaban perdidas. Flavio Josefo, respecto a este punto, en su libro "Antigüedades de los Judíos", libro 9, capítulo 14, sección 1,dice lo siguiente:

"Cuando Salmanasar, rey de Asiria , se le hubo dicho que [Hoshea] el rey de Israel había enviado en privado a So, rey de Egipto , deseando su ayuda contra él , se enojó mucho,e hizo una expedición contra Samaria , en el séptimo año del reinado de Oseas , pero cuando no fue admitido [en la ciudad] por el rey, sitió Samaria tres años, y la tomó por la fuerza en el año noveno del reinado de Oseas , y en el séptimo año de Ezequías, rey de Jerusalén, y destruyó completamente el gobierno de los israelitas, y trasplantó a todo el pueblo en Media y Persia entre los cuales  llevó vivo al rey Oseas , y cuando movió a esta gente de su tierra, trasplantó otras naciones  fuera de Cuta... Así que las diez tribus de los hijos de Israel fueron removidas de Judea novecientos cuarenta y siete años después de que sus antepasados salieron de la tierra de Egipto, y  se apoderaron del país , pero 800 años después de que Josué había sido su líder, y , como ya he observado , doscientos cuarenta años siete meses y siete días después de que habían rebelado contra Roboam , nieto de David , y le hubieren dado el reino a Jeroboam...".

Los anales de Sargón II, encontrados durante el siglo XIX, dicen, por otro lado,en la inscripción encontrada en el palacio de Khorsabad, en la línea 7,el acontecimiento de  la caída de Samaria:

"Sitié y ocupé la ciudad de Samaria y tomé 27.280 de sus habitantes cautivos. Tomé de ellos 50 carruajes, pero les dejé el resto de sus pertenencias. Puse mis lugartenientes sobre ellos, renové la obligación impuesta por uno de los reyes que me precedieron".
El rey al que aquí alude Sargón II  es Tiglatpileser, al que no reconoció como monarca y que fuera el   padre de Salmanasar V, el rey mencionado en 2 Reyes 17:1-6,que sitió Samaria durante 3 años.Según revisaba, es posible que  Salmanasar hubiera fallecido y quien efectuara finalmente el cautiverio fuera Sargón, aunque,como sabemos, fue Salmanasar el que inició el sitio y NO Sargón y por ende, éste se atribuyera algo  realizado por un predecesor, lo cual no es de extrañar en las crónicas de los antiguos reyes del Oriente.

El problema con la afirmación de que las diez tribus que conformaban el Reino de Israel es que no todos los israelitas estaban en el reino del Norte,pero tampoco todos fueron llevados al exilio, sino que una parte fue deportada, mientras otra se había unido a Judá tiempo antes y otra permaneció en dicha tierra y probablemente se mezcló con las naciones,como Cuta, que se mencionan en dicho texto. Sumado a eso, el mismo Flavio Josefo nos indica, en el libro XI, capítulo 5, sección 2 la ubicación de los miembros dispersos de estas diez tribus del Norte:

"Cuando Esdras había recibido esta epístola, estaba muy alegre, y empezó a adorar a Dios, y confesó que había sido la causa de gran favor del rey hacia él, y que por la misma razón agradeció por todo a Dios. Entonces leyó la epístola en Babilonia a los Judios que estaban allí, pero guardó la misma epístola, y envió una copia de la misma a todos los de su nación que se encontraban en Media. Y cuando estos Judios habían entendido  que piedad tuvo rey  hacia Dios, y  la bondad que tuvo por Esdras, todos estaban muy complacido; más aún, muchos de ellos tomaron sus efectos consigo, y llegaron a Babilonia, ya muy deseosos de bajar a Jerusalén, pero luego todo el cuerpo del pueblo de Israel permaneció en ese país, por lo cual no hay más que dos tribus en Asia y Europa sujetas a los romanos, mientras que las diez tribus están más allá del Éufrates hasta ahora, y son una inmensa multitud, que no pueden ser estimados por números".
 Por tanto, ya se conocía el destino de los israelitas deportados por Sargón II y no estaban tan perdidos como parecía.

Hasta aquí se ha hablado de lo que pasa antes del exilio de Judá, pero después del exilio de Israel.Después de dicho acontecimiento, el mismo libro de 1 Crónicas 9.3 nos dice que volvieron israelitas de Judá,Benjamín,Efraín y Manasés para establecerse en Jerusalén.Además, el profeta Amós indica en su libro que de aquellos israelitas residentes en el Reino del Norte, que serían llevados capturados y, posteriormente,enviados al exilio, habría un remanente de una décima parte de la población del Reino del Norte que seguiría en dicha tierra, como está escrito:

"Porque así dijo el Eterno D.os: "La ciudad que sale  a la guerra con mil, se quedará con cien;y la que sale con cien, se quedará con diez en la casa de Israel". (Amós 5:3)


Sumado a lo anterior, en Esdras 6:17 se nos menciona que se ofrecieron sacrificios por las 12 tribus, entendiéndose que en aquel momento había miembros presentes.
Ahora, e incluso el NT desmiente la idea de las 10 tribus perdidas, porque se mencionan personas que NO eran de Judá y Benjamín en el tiempo de Jesús.Lucas 2:36 por ejemplo nos informa de una ancia de la tribu de Asher, que era parte del reino del Norte:

Y había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad muy avanzada, y había vivido con su marido siete años después de su matrimonio".Luego Pablo se reconoce como judío, siendo parte de la tribu de Benjamín y sabemos además que Bernabé era de la tribu de Leví, según dice el libro de los Hechos"

En Hechos 26,7 se nos menciona a las 12 tribus por parte de Pablo en tiempo presente.Santiago 1:1, además, dice que la epístola está destinada a los israelitas de las 12 tribus que se encuentran en el exilio, lo que indica que no sólo había personas de las 10 tribus del norte fuera de Israel en esa época, sino también de las 2 tribus del sur.


Vemos que icluso el NT les da noticias de que había personas de otras tribus en tiempos de Jesús.El asunto es que, si bien hubo una parte de las tribus del reino del  Norte que,efectivamente fue deportada y/o asimilada, también hubo una parte que NO sufrió esto, pues se unieron siglos antes al reino del sur y por ende, nunca fueron desterrados en esa época y hubo otra parte que después regresó con las tribus de Judá y Benjamín del exilio y no sólo eran dos tribus, sino personas de cada una de las tribus de Israel y dado que esas personas habitaron en la región y provincia de Judea,esos israelitas pasaron a ser judíos y por eso es incorrecto creer que el término se limite a los miembros de  la tribu Judá solamente, dado que también era el gentilicio asignado a cada israelita que habitaba la provincia o país de Judea,sin importar si era de Judá o no y en textos como el libro de Ester vemos que el término es aplicado a personas de otros tribus, como Mardoqueo (Ester 2:5), que era proveniente de la tribu de Benjamín.En Esdras pasa algo parecido.
Aparte de eso, para entender la aplicación de la palabra "judío" como gentilicio, es preciso estudiar bien la historia de Israel  a partir del siglo V AEC y lo que sucedió posteriormente con Israel durante el dominio romano, en donde  se crea una provincia, con el nombre de Judea, que no sólo se limitaba  a la región homónima, sino que incluía territorios como Samaria,los Altos del Golán,Galilea, la orilla oriental del río Jordán y ,por lo tanto, era más que el territorio del reino de Judá y de ahí se entiende que todos los habitantes de dicha zona, sin importar su tribu, pasaran a ser designados como judíos y que luego del segundo destierro fueron exiliados en distintas partes del imperio romano y, por ende, los judíos son personas de cada una de las 12 tribus que fueron deportadas durante cada uno de los exilios.No sólo son Judá,como señalan sin fundamento estos grupos. El Tanaj mismo nos da pistas sobre los verdaderos efraimitas, como lo señalado en Jueces 12:5-6, en donde se nos menciona la dificultad que tenían para pronunciar la "sh",sumado a que una buena parte de  los efraimitas también se incorporaron a Judá antes del exilio y luego siguieron siendo parte de Israel.

En conclusión, la idea de que hay 10 tribus perdidas completamente de la historia de Israel, NO tiene un sustento basado en el Tanaj, ya que éste nos informa que incluso antes del exilio del Reino del Norte hubo israelitas que se unieron al Reino de  Judá y después hubo un remanente que se unió a Judá, en tiempos de Josías. Adicionalmente, después del regreso del primer exilio, vemos que hay personas de las tribus del norte que se establecieron en Jerusalén y en el territorio de Israel.
Eso NO significa que no haya israelitas que fueron asimilados, y, por ende, perdido su identidad. Tampoco es correcto decir que los judíos son sólo Judá, pues no es así, ya que Israel actualmente está formado por israelitas de cada una de las doce tribus de Israel, sin excepción alguna y en la era mesiánica,aquellos israelitas que descienden 12 tribus (no sólo del antiguo Reino de Israel) que fueron asimiladas durante los cautiverios o exilios ,serán reunidas y tendrán  al verdadero mashiaj como rey, de acuerdo a lo anunciado por los profetas en el Tanaj
Es decir, el anglo-israelismo NO tiene asidero en el Tanaj y ni siquiera en el NT....

FUENTES CONSULTADAS
  1. Anales de Sargón II. Texto disponible en inglés en los sitios: http://www.shsu.edu/~his_ncp/Sargon.htmlhttp://www.isaiah666.com/sargon_annals.pdf
  2. Josefo Flavio., "Antigüedades de los Judíos",traducción al inglés por William Whiston, disponible  gratuitamente en: http://www.ccel.org/ccel/josephus/works/files/works.html

La ilegitimidad de los "natzratim"

La ilegitimidad de los natzratim

By: Fabián Sepúlveda Morales.
 

Los natzratim son una secta surgida del restauracionismo cristiano, que alega tener sus orígenes en los seguidores judíos de Jesús del primer siglo.Sin embargo, la realidad es distinta a eso y se sabe con certeza que no guardan relación alguna con ellos.En los siguientes puntos expondré el porqué de esto y que en realidad sólo corresponde a una secta cristiana hebraizada:

1. Efectivamente, a los seguidores judíos de Yeshua en el primer siglo, se les llamó "notzrim", "natzratim" o "nazarenos" y eso es señalado por autores como Epifanio,Jerónimo y Tertuliano,los cuales eran padres de la iglesia.Jerónimo,al respecto, señala lo siguiente:

"los que aceptan al Mesías de tal manera que no cesan de observar la Ley.” (Jerónimo; Sobre Isa. 8:14).

Epifanio, a su vez, nos da una descripción más detallada: "

Pero estos sectarios... no se llaman a sí mismo cristianos –sino “Nazarenos,”... Sin embargo son simplemente judíos completos. Usan no sólo el Nuevo Testamento sino también el Antiguo Testamento, como hacen los judíos... No tienen ideas diferentes, sino confiesan todo exactamente como lo proclama la Ley y a la manera judía –excepto por su creencia en el Mesías, si se quiere. Porque reconocen tanto la resurrección de los muertos como la creación divina de todas las cosas, y declaran que D-s es uno, y que su Hijo es Yeshúa el Mesías. Están adiestrados finamente en el hebreo. Porque entre ellos la Ley completa, los Profetas, y los ... Escritos ... se leen en hebreo, como ciertamente se hace entre los judíos. Son diferentes de los judíos, y diferentes de los cristianos, solamente en lo que siguen. Están en desacuerdo con los judíos porque han venido a la fe del Mesías; pero como aún están dirigidos por la Ley –la circuncisión, el Sábado, y el resto- no están de acuerdo con los cristianos... no son nada más que judíos... Tiene la Buena Nueva según Mateo muy completa en hebreo. Porque es claro que ellos aún la preservan, en el alfabeto hebreo, como fue escrita originalmente.(Epifanio; Panarion 29)

2. Allí hay algunas referencias sobre los natzratim o nazarenos verdaderos. Lo que muchos natzratim o el pastor Abdiel Frías Oviedo no entienden, es que nadie pone en duda que hubo seguidores judíos de Jesús o Yeshuaem los primeros siglos de esta era.Nadie niega las alusiones o la existencia de tales personas.No. El asunto en cuestión es si la actual secta, a la que ellos pertenecen, es la misma a la que aluden estos autores.

Cuando uno les increpa al respecto, las únicas citas que pueden dar son las de los Padres de la Iglesia, que hablan de los seguidores judíos de Yeshua, hasta cerca del siglo V, pero desde ahí hasta el siglo XX, no hay alusión a obras de esta secta, referencias contemporáneas sobre ellos (por ejemplo, no tenemos noticias de los natzratim en el siglo XI, sino que más bien desaparecen de la historia). Repito: nadie pide citas sobre la existencia de los natzratim o nazarenos del primer siglo; de los originales, pues es algo que no se pone en duda, sino de citas con posterioridad.

3. Ante lo antes señalado, cabe preguntarse ¿qué sucedió con los verdaderos nazarenos?.

.La historia nos da algunas ideas: los nazarenos,como sabemos, no eran aceptados en la comunidad judía como tal, sino que eran considerados "minim",es decir, "herejes", pero tampoco lo eran en el cristianismo. Los pocos que quedaron de la comunidad natzratí, se asimilaron a los cristianos asirios de la iglesia nestoriana o bien, fueron convertidos al Islam. De hecho, es bastante probable que hayan sido deportados a Persia durante los tiempos de Kartir.No existieron después de eso y se confundieron con los miembros de la iglesia de oriente, contrario a lo señalado por los natzratim actuales,como Abdiel Frías, el falso moré o James Scott Trimm,que es su equivalente anglosajón y autor del "Manifiesto Nazareno"*

En cuanto a referencias sobre los nazarenos y su destino durante el siglo V y el nestorianismo, sugiero leer el libro "Jewish Ways of Following Jesus: Redrawing the Religious Map of Antiquity".**
También la Enciclopedia Británica define escuetamente y hay otros sitios, pero ese libro describe bastante bien el camino que siguieron los verdaderos nazarenos y que no guarda conexión con el movimiento actual. También puede leer respecto a los nestorianos y su historia***.Las fuentes dadas están en inglés

4. Reto a los natzratim a que  referencien o mencionen obras escritas por autores natzratim entre los siglos VI y XIX y alusiones de sus contemporáneos.

5. El pastor Abdiel Frías, al dar la declaración de la identidad de los natzratim, señala lo siguiente:


"Los Natzratim  son Hijos de Israel  / Iehudim.Los Natzratim son los Discípulos de Rabi Iehoshúa de Natzrat, el Mashiaj, somos Natzratim por consecuencia de ser Hijos de Israel, no hay nada más natural para un Hijo de Israel que identificar y seguir al Mashiaj, pues el concepto del Mashiaj (el Rey de Israel) es parte vital del desarrollo del Pueblo de Israel como una Nación que por medio de su Rey sobresale entre las demás naciones guiándolas e iluminándolas bajo los Principios delegados en la Torá."¨****
 El problema con eso, es que no son la continuidad de los nazarenos históricos, sino una secta moderna originada en el contexto del movimiento restauracionista *****, que buscan restaurar el cristianismo original, el que se siguió en los tiempos de Yeshua. El asunto es que, si bien no siguen una doctrina cristiana convencional, no por ello están aparte. Los gestores de este movimiento fueron, por un lado, el protestante James Trimm (cuyo manifiesto influye en el pastor Frías, pero del cual curiosamente no hace mención y omite las partes en donde Trimm señala que no hubo continuidad,sino más bien buscan restaurar la fe en Yeshua), Clin Van Nest y en su versión latina, por Abdiel Frías,entre otros.Todos gentiles y ex miembros de iglesias convencionales.El mismo Abdiel Frías describe el perfil restauracionista de los "natzratim":

"Restaurar. La tarea de Rabi Iehoshúa fue descrita por sus primeros discípulos como "Restaurar" y "Regresar" a los que se habían perdido; esto es como un Guía espiritual dentro de Israel, siguiendo el patrón de los Profetas de Israel que causan al Pueblo el Retorno a la Senda correcta. Esta Restauración se lleva a cabo con el “Ejemplo” y tiene un impacto mundial, pues el legado de Israel es ser la nación modelo, si andamos descarriados el resto del mundo se oscurece, si nos restauramos les podemos iluminar. La restauración de una nación y su impacto en las demás naciones nada tiene que ver con los conceptos religiosos de "Salvar almas" u "otorgar vida después de la muerte" ****

Por ende, no pueden denominarse hijos de Israel o judíos, porque, a diferencia de los verdaderos nazarenos, son GENTILES, sin conversión alguna de por medio, ni una familia que guarde relación con el judaísmo (sus líderes). En su caso, señor Fuentes, usted, aun cuando no lo reconozca, fue un cristiano convencional, que en algún momento se unió a la secta natzratim. Así que su pretendida continuidad y relación con Israel, es fácilmente refutable, si uno se toma la molestia de revisar la historia y sus fundamentos como secta.

6. Por otro lado, Frías escribe lo siguiente:

"Los Natzratim son un Movimiento originado en Israel en el siglo I de la Era Común, para esta fecha no existía el concepto de "La Religión Judía" como lo existe en la actualidad, por ende es anacrónico referirse a los Natzratim, a los Fariseos, Saduceos o Esenios, bajo conceptos religiosos posteriores a sus inicios".****
Eso tendría sentido, si fueran los mismos del siglo I,pero la realidad histórica es que NO es así y aquí no se valen berrinches, sino evidencia histórica que mencione la presencia de natzratim entre los siglos VI y XX, y referencias a obras de autores de esta corriente, de sus disputas con los rabinos u otros hechos.El problema sigue siendo el mismo: no hay tales fuentes. Le invito nuevamente a demostrarme lo contrario,pero con fuentes fidedignas y sin desviar el tema,como es su costumbre. Además, es absurdo describir el judaísmo actual como meramente una religión,siendo que no es así, y que los natzratim, efectivamente son una religión

7.
"No hay Natzratim gentiles...El término "Gentil" en ninguna manera denota inferioridad en comparación con los Hijos de Israel, sino que denota roles y responsabilidades diferentes. Ser Natzrati, ser Discípulo del Mashiaj, requiere una serie de compromisos y responsabilidades que solo los Hijos de Israel están obligados a llevar, como el Shabat y otras leyes relacionadas con Israel, las cuales gente de otra nación no están obligados a llevar." ****

Repito: esto no coincide con la realidad histórica.Los natzratim actuales son gentiles, que adoptaron costumbres más "hebreas" y toman fuentes hebreas como si fueran suyas, pero son gentiles como cualquier otro.Además, decir que por ejemplo, la circuncisión no es válida ahora para ser parte de Israel,sólo representa un patético subterfugio, porque el verdadero nuevo pacto nada tiene que ver con eso, sino que apunta a que ya no será necesario estudiar y enseñar Torá entre los judíos, porque estará grabada en el corazón y mente de cada uno desde el nacimiento, contrario a lo que señalaba el antiguo pacto, descrito en Deuteronomio 11:18-20 ó Deuteronomio 6:7, en donde se establece que los padres estudiarán,pondrán la Torá en su mente y corazón y la enseñarían a sus hijos.Jeremías 31 dice que Israel violó el pacto, pero no que Hashem cambiaría Su parte de éste.

8. Es decir, lo que cambia no es la Torá ni el pacto de la circuncisión, establecido con Avraham y no en Sinaí, sino la parte que le correspondía a los israelitas: estudiar, poner el corazón y enseñar diligentemente la Torá de padres a hijos, de maestros a discípulos.La parte en la que fallaron es esa y por eso el Eterno propone el nuevo pacto, que incluso Frías señala correctamente:

"La Nueva Alianza anunciada por los Profetas de Israel, como Irmyahu (Jeremías 31.30-33; 32.40) e Iejezkel (Ezequiel 16.59-63; 36.26-27; 37.26-27), entre otros, se refiere a un Pacto donde el Eterno coloca la Torá en el interior y corazón de cada Hijo de Israel, en otras palabras, la Torá es practicada por iniciativa propia, de forma natural. No es una Alianza con otro pueblo aparte de Israel, pues es Israel el responsable de la Torá, no así el resto de las naciones!"****

Es más, con esto Ariel cava su propia tumba, pues ni él ni sus seguidores son parte de Israel y ninguno puede alegar que se cumple lo que él mismo señaló.

9. ¿Por qué digo que los natzratim son cristianos hebraizados?
Si bien es cierto que los natzratim no son como los cristianos convencionales, dado que no creen en doctrinas como la trinidad, no niegan la validez actual de la Torá,no creen en la divinidad del mashiaj ni en el sacrificio humano de Yeshua (Jesús) o el nacimiento virginal convencional y usan conceptos hebreos como "kaparat avonot" (cosa que ni siquiera entienden bien) o bien fuentes como el Talmud (aunque no son tan peritos en ello,sino más bien son para la risa, como cuando se aborda el tema de la Torá oral), eso no los aleja de su fuente madre: el cristianismo(no convencional, claro está) y eso es por lo siguiente:

  •  Los personajes mencionados en el NT , son los mismos que los natzratim aluden en sus escritos.

Por ejemplo Abdiel Frías señala que el rabino de "Iehoshua de Natzrat" fue Juan, el hijo de Zacarías (aunque sabemos que no era rabino y eso es sólo un cruel invento de este patán de Frías).Los personajes sólo varían en sus nombres y naturaleza,pero son los mismos.

  • La fuente primaria sigue siendo el NT,sólo que hebraizado y denominado Brit Jadashá. Uno de sus textos más célebres, es el denominado "Toldot Iehoshua", que corresponde a una traducción hecha por el pastor Frías de los escritos del rabino Shem Tov, que él presenta como tomado de manuscritos hebreos existentes en la época, pero lo que pasa por alto, es que primero, la sección contenida en el tratado Even Bojan, fue una obra elaborada en respuesta a la actividad de conversiones forzadas al cristianismo de parte de la iglesia,a partir de manuscritos latinos y griegos existentes en aquella época y que puede vislumbrarse, por ejemplo, por el uso de palabras como "krystos" en ciertas partes, que no aparecería en un original hebreo, así como también, que en las escasas alusiones al Mateo hebreo de parte de los padres de la Iglesia, no hay concordancia con la obra de Shem Tov, que buscaba caricaturizar a los cristianos que decían seguir a Jesús,pero que por otro lado negaban la Torá.No es más que eso, pero Frías y otros se embrollan innecesariamente inventando que se tradujo de fuentes hebreas, siendo que la realidad no es así.
  •  Sobre el nacimiento de Jesús, Frías dice lo siguiente: 
"...Lo nuevo es que en este caso el padre (Iosef) no se había enterado del embarazo de su mujer, Miriam, porque no la había conocido aun, no habían convivido aun con su prometida, aun no habían tendido relaciones maritales" y luego señala: "El nacimiento de un niño sin el consentimiento del Padre NO ES un idea ajena al mundo hebreo. Los nacimientos sobrenaturales o milagrosos no es algo extraño en el TANA"J, el Eterno siempre opero de manera sobrenatural en seres especiales, desde los Padres de la Nación (Itzjáq, Iaakov, Iosef y Biniamin) y otros (Shimshon, Shmuel HaNavi). Sará y Avraham avinu tuvieran a Itzjáq de forma milagrosa, a Sará le había cesado ya la costumbre de las mujeres, era Humanamente imposible quedar embarazada."
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 Perdón, pero este señor no sé donde obtuvo su título de moré (sé que no lo es ,pero es como un decir)
A todas luces tuerce lo dicho en el Tanaj: la concepción de un hijo es por la relación entre hombre y mujer. No hay otra manera.Alude a nacimientos sobrenaturales, al punto de citar personajes del Tanaj, lo cual demuestra su nulo entendimiento de la mentalidad hebrea al respecto. Ahora, en el Shem Tov se sigue evidencia la misma mentalidad griega sobra la "virginidad",pues se sigue aludiendo al contacto físico como criterio.Si el Shem Tov es el original hebreo, entonces debería usar el concepto hebreo de virginidad, que es claramente descrito en el Talmud y que no se refiere meramente al contacto físico,sino a la aparición del flujo menstrual. En esta traducción sólo se propone una visión alterna del nacimiento de Yeshua,pero sigue plasmando la misma idea (con sus variantes, claro está) del nacimiento a partir de una virgen,sólo que esta vez,providencialmente llega el esperma de José hacia el tercio distal del oviducto, que es donde se lleva a cabo la fecundación o singamia.

  • El canon o libros aceptados por los natzratim como testimonios de Yeshua, es el mismo que el aceptado por los cristianos. No hay otros libros aparte de los que ellos usan.Son exactamente los mismos, sólo que con variantes. A diferencia de los nazarenos verdaderos, los natzratim son una secta restauracionista gentil, fundada por gentiles, de procedencia cristiana.Por ende, no puede atribuirse un origen judío, pues no es el caso.Es una secta restauracionista.Así de simple



Referencias bibliográficas.

*"Manifiesto del Judaísmo Nazareno", por James Scott Trimm,disponible en: www.nazarenemedia.net/uploads/8/1/0/5/8105580/nazarenejudaismmanifesto.pdf

** Puede leerse en parte en:: http://books.google.cl/books?id=C97_rPZRbuUC&pg=PA210&dq=nazarene+jews++nestorianism&hl=es&sa=X&ei=eh3CUqH9Hc_jsATC-IGgDQ&ved=0CFkQ6AEwBjgK#v=onepage&q=nazarene%20jews%20%20nestorianism&f=false (En la página 163 comienza la descripción,hasta la página 187, pero le pido leer especialmente la página 183 en adelante).

***Sobre el Nestorianismo ,puede leerse en: http://www.nestorian.org/history_of_the_nestorian_churc.html.Historia de la iglesia asiria: https://ia700304.us.archive.org/27/items/lecturesonhistor00stanrich/lecturesonhistor00stanrich.pdf

**** "Principios básicos que identifican a los natzratim", publicado en: http://natzratim.com/estudios/ikare.pdf

***** Sobre el restauracionismo: http://es.wikipedia.org/wiki/Restauracionismo

******El nacimiento de Iehoshua", por Avdiel ben Oved (Abdiel Frías Oviedo), disponible en:  http://www.natzratim.com/estudios/nacimiento-de-iehoshua.pdf

domingo, 3 de noviembre de 2013

¿UNA PERSPECTIVA “HEBRAICA” O “JUDÍA” DEL NUEVO TESTAMENTO?

¿UNA PERSPECTIVA “HEBRAICA” O “JUDÍA” DEL NUEVO TESTAMENTO?





Por: Irving Gatell.


Se ha puesto de moda en muchos ambientes cristianos el objetivo de “recuperar” el sentido “hebraico” o “judío” del Nuevo Testamento. No es cualquier cosa: se trata, sin ir más lejos, de acercarse de un mejor modo al significado “correcto” de lo que allí se enseña.

Naturalmente, los activitas judíos anti-misioneros (ya sea que estén involucrados con grupos judíos o noájidas) han señalado repetidamente que dicho planteamiento es incorrecto, y que el Nuevo Testamento -como producto terminado- es patrimonio espiritual e ideológico del Cristianismo.

Los defensores del “sentido hebraico del Nuevo Testamento” tienen dos severos problemas: el primero es que no existe un solo manuscrito antiguo del Nuevo Testamento que esté en hebreo. Los más antiguos están en griego, y los que están en arameo -lo más cercano al hebreo- están claramente traducidos desde los que están en griego.

Entonces, no se puede hablar estrictamente de una “recuperación” del “sentido hebraico del Nuevo Testamento”. Se trata, en el mejor de los casos, de una especulación basada en tomar como referencia el Judaísmo de la época y, a partir de ello intentar redefinir ideas, conceptos e incluso términos propios del lenguaje cristiano.

Me refiero a detalles como ya no llamar “apóstoles” a los apóstoles, sino “sheliajim”; o ya no hablar de “bautizo”, sino “tevilá”; o ya no llamar “Cristo” a Jesús, sino “Mashiaj” a Yeshúa. Naturalmente, estos detalles son superficiales del todo, y no alteran el significado del texto. De hecho, el primero en hacerlo de modo sistemático fue Franz Delitzsch, ministro de culto de la Iglesia Luterana, y que tradujo el Nuevo Testamento al hebreo para reforzar la labor de los misioneros luteranos que buscaban conversos entre los judíos.

Es un poco más complejo el asunto de los conceptos. Por ejemplo, hay temas donde el Nuevo Testamento está irremediablemente lejos de las creencias judías. Uno es el concepto de “muerte expiatoria del Mesías”. El Judaísmo rechaza una idea semejante, mientras que para el Nuevo Testamento es fundamental. Ante esto, muchos intentan “judaizar” el concepto y comienzan a usar la terminología judía tradicional sobre la kapará, pero es un hecho definitivo que NO EXISTE ninguna obra judía en donde se usen expresiones como las que el Nuevo Testamento aplica a la muerte de Yeshúa.

El otro problema es de índole histórica: el Nuevo Testamento refleja como contexto subyacente la problemática del Cristianismo del siglo II, no la del Judaísmo del siglo I.

Si el Nuevo Testamento fuera una obra de judíos -y, por lo tanto, inmersa en el contexto de creencias del Judaísmo- del siglo I, debería reflejar en cada página (por lo menos de manera indirecta) los conflictos que fueron radicalizando el nacionalismo antiromano y que finalmente devinieron en la violenta guerra contra Roma, después de la cual el Judaísmo pasó unos 20 años reorganizándose para enfrentarse a su nueva realidad (un Judaísmo sin Templo ni Casta Sacerdotal operativa).

No estamos hablando de cualquier cosa: el primer levantamiento armado contra Roma fue en el año 40 AEC, y las bases para la nueva etapa del Judaísmo estuvieron listas apenas en el año 90. Son 130 años en total, y durante toda esta época, el conflicto creciente contra Roma puso en una creciente tensión a todas las comunidades y tendencias judías de la época. Si tomamos en cuenta que la datación tradicionalista supone que el Nuevo Testamento se elaboró entre los años 40 y 95, entonces es obvio que debió ser contemporáneo de la parte más intensa y crítica del conflicto entre Judea y Roma. Por lo tanto, con mayor razón debería reflejar en cada detalle ese conflicto como trasfondo.

Pero no. Es algo que no sucede ni por asomo. En cambio, el contexto subyacente (e incluso explícito) que se asoma en todo el Nuevo Testamento es la controversia gnóstica, una diatriba propia del Cristianismo del siglo II.

La realidad es que ante esta situación fácilmente verificable (siempre y cuando se tenga un entendimiento claro de lo que es el Gnosticismo) no queda mucho o nada que discutir. Se pueden analizar los VESTIGIOS de Judaísmo que quedan en la redacción final del Nuevo Testamento, pero el hecho definitivo es que su forma y contenido están determinados por idea cristianas que ya no estaban interesadas en las diatribas del Judaísmo.

En esta ocasión quiero enfocarme en otro severo defecto en la argumentación de los partidarios de la “restauración del sentido hebraico” del Nuevo Testamento: la perspectiva limitada y errática que tienen del helenismo, entendido generalmente en contraposición al Judaísmo.

La idea que manejan es sencilla: el Nuevo Testamento es una obra judía, y la interpretación helenística construida por el Cristianismo posterior tergiversa su verdadero significado.

El error implícito en esta postura es que presupone que Judaísmo y Helenismo son posturas opuestas. Nada más falso: en el siglo I existió un Judaísmo Helenista profundamente complejo, al que pocas veces se le pone atención.

El inicio del Judaísmo Helenista comienza en el siglo IV AEC, con la conquista de Judea por parte de Alejandro Magno. Durante los dos siglos anteriores, Judea había sido una provincia del Imperio Aqueménida, inicialmente controlado por los persas, y luego por los medos.

Es una regla que los territorios sometidos al vasallaje político, religioso o económico también son sometidos en el aspecto cultural, y Judea no fue la excepción. Sin embargo, las diferencias entre Judea y los Medos y los Persas no eran demasiado graves. Incluso en el aspecto religioso, las afinidades resultaron muy cómodas, ya que los persas rendían culto a Ahura Mazda, una deidad única y de la que no se debían hacer representaciones (imágenes). Por ello, el vasallaje a estos reinos no se tradujo en un conflicto cultural grave dentro de la sociedad judía.

La situación cambió con la llegada de los griegos. Aunque la relación con Alejandro Magno y sus sucesores fue cordial y pacífica, a partir de ese momento la influencia cultural y religiosa que empezó a llegar a Judea fue la helénica, radicalmente distinta a la idiosincracia tradicional israelita. Como siempre en este tipo de casos, poco a poco un amplio sector de la aristocracia judía quedó fascinado con la “modernidad” proveniente de la cultura griega, y las diferencias sociales empezaron a acentuarse.

La tensión entre los grupos “modernizadores” y los sectores “tradicionalistas” fue intensificándose hasta que a inicios del siglo II AEC se llegó al punto insostenible, y en el año 167 AEC la guerra estalló. Durante los siguientes 9 años, los guerrilleros judíos -bajo el mando de Matatías, Judas Macabeo y Jonatán, sacerdotes rurales- se enfrentaron contra las tropas sirias, logrando imponerse para obtener el derecho de practicar libremente su religión.

Hasta este punto, el antagonismo entre Judaísmo y Helenismo -aún dentro de la sociedad judía- era evidente y más o menos parecido al concepto con el que suelen jugar los partidarios de una lectura “hebraica” del Nuevo Testamento.

Sin embargo, es obvio que ninguna dinámica humana puede ser tan maniquea como decir que “los judíos están de un lado y los helenistas del otro”. Con el triunfo de la guerrilla dirigida por Jonatán, este último se impuso como Sumo Sacerdote oficial y rey de facto en Judea, y con ello empezó el dominio de la familia Hasmonea, mismo que se extendió hasta el año 40 AEC.

Aunque enemigos de los helenistas originalmente, los Hasmoneos pronto mostraron que había distintos tipos de helenismo. La tendencia que fue derrotada y obligada al ostracismo fue la partidaria del helenismo sirio-seléucida, pero eso no afectó o limitó al helenismo en general. Jonatán estableció una fuerte red de colaboración con Roma (por entonces todavía una República, pero en plena fase de transformación que la llevaría a convertirse en un Imperio un siglo después), y eso fomentó otro tipo de helenismo dentro del Judaísmo, uno amable, patriota y refinado.

Naturalmente, la guerra contra los sirios determinó que Judea no fuera un lugar cómodo para los helenistas, y eso reforzó el papel de Alejandría como capital de este tipo de Judaísmo “moderno” (del mismo modo que Babilonia era la capital cultural del Judaísmo Fariseo). Este nuevo equilibrio de tendencias, por sí sólo, hubiera bastado para que el Judaísmo Helenista alcanzara un alto grado de desarrollo e influencia (que se puede notar en el hecho de que mucha literatura judía de los siglos II y I, sin ser pro-helenista, se escribió EN GRIEGO, como los libros de los Macabeos). Sin embargo, hubo dos procesos que hicieron que el helenismo evolucionara de una forma más compleja de lo previsible.

El primero se dio durante el auge del poder de los Hasmoneos, alrededor del año 100 AEC. Juan Hircano y su hijo, Alejandro Janeo, lograron la máxima expansión del reino Hasmoneo, y sometieron militarmente a muchas naciones vecinas con quienes había una profunda enemistad desde siglos antes. Una de las víctimas más importantes fue la nación Idumea, y Juan Hircano les arrebató el control de toda la zona occidental de su reino, obligando a sus pobladores a convertirse al Judaísmo.

Naturalmente, no fue una “conversión” en el sentido estricto de la palabra. Fue una imposición religiosa, con la que una población que tenía sus propias creencias y costumbres, una mañana amaneció con la noticia de que ya eran “judíos”. A fuerzas y con toda la celeridad posible tuvieron que asimilar las prácticas de una religión que no entendían.

Esta población idumea -previamente dominada por los sirios-seléucidas o los egipcios- estaba profundamente helenizada, por lo que la imposición de la religión judía se transformó -especialmente en los estratos más bajos y rudimentarios de la población- en una nueva religiosidad, oficialmente judía, pero profundamente impregnada de elementos paganos y supersticiones helénicas mezcladas con tintes locales.

El asunto se intensificó durante las últimas dos décadas del siglo I AEC. Para ese entonces, la situación política había dado un giro radical en Judea: la decadencia de los Hasmoneos permitió que Roma tomara control del país en el año 63 AEC, y en el año 40 AEC Roma nombró como rey etnarca a Herodes, un príncipe idumeo. Era una situación sumamente compleja: Herodes era descendiente de una de las familias obligadas a convertirse al Judaísmo más de medio siglo atrás, por lo que oficialmente era judío, y así fue visto siempre por Roma (un judío-helenista). Sin embargo, la población local siempre vio a Herodes como un vulgar extranjero, y las fricciones constantes se tradujeron en un gravísimo nivel de violencia interna. Cruel y paranoico, Herodes saldó su reinado con unas cien mil muertes, a juicio de los historiadores. La mayoría, hombres en edad productiva, situación que estuvo a punto de provocar un colapso total en la economía de Judea y sus alrededores.

Herodes lo resolvió de un modo tan simple como práctico: trajo al país una gran cantidad de extranjeros pobres, provenientes de provincias vinculadas con el naciente Imperio Romano. De ese modo, se fundaron varias ciudades helénicas en el territorio tradicionalmente israelita (especialmente en Galilea y sus alrededores).

Dichas ciudades eran cualquier cosa, menos judías. De hecho, la población realmente judía era mínima o incluso inexistente. Por lo tanto, la práctica religiosa en esos lugares fue la propia del helenismo politeísta y pagano.

Sin embargo, es una regla inevitable que toda población en el desarraigo tiende a generar mestizajes raciales, culturales y religiosos. En consecuencia, los grupos de extranjeros que se establecieron en la zona pronto empezaron a “judaizarse”, generando sus propias tendencias religiosas en las que mezclaron conceptos judíos, pero sin abandonar sus creencias particulares. A esto hay que agregar que el tipo de “Judaísmo” con el que más se identifiaron y fusionaron fue el que, casi un siglo antes, habían construido los extranjeros convertidos a la fuerza.

El resultado, si lo vemos desde una perspectiva religiosa judía y tradicional, fue un desastre: una amplia población que se identificaba como “judía” debido a las complejas dinámicas sociales de la época, pero que no era reconocida como tal por parte del grupo judío histórico (y, por lo tanto, genuino y legítimo). Peor aún: esta amplia población de pseudo-judíos desarrolló una religiosidad bizarra y sin ningún tipo de arraigo a los elementos tradicionales verdaderamente propios del antiguo Israel.

Por ello, toda la literatura judía de la época refleja una fuerte animadversión contra los “galileos”, señalados generalmente como los “am haaretz” (pueblo de la tierra, expresión para distinguirlos de los verdaderos israelitas). Dicha situación se presenta en los escritos rabínicos, y aún más marcado en los Rollos del Mar Muerto. Incluso, hay un fuerte eco en el Nuevo Testamento, aunque con una singular diferencia: mientras que los textos rabínicos y qumranitas se expresan de los “am ha-aretz” como gente inculta y rudimentaria, el Nuevo Testamento expone la otra postura, quejándose de los Fariseos y el resto de los judíos como gente soberbia e hipócrita.

Y es que no es noticia que el Nuevo Testamento cuenta la historia de un grupo de galileos (aunque se esfuerza en señalar que el líder, Yeshúa, era galileo “por adopción”).

¿Qué es lo relevante aquí? Que si por un lado los evangelios ubican el surgimiento del movimiento de Yeshúa en Galilea, por otro lado Hechos de los Apóstoles y las Epístolas de la tradición paulina ubican el mayor éxito de los primeros predicadores cristianos en la periferia de Judea. Es decir, en las zonas en donde más se desarrollarons los Judaísmos “bizarros” y profundamente mezclados con el helenismo.

Aquí radica el otro error de los partidarios de recuperar “el sentido hebraico del Nuevo Testamento”: pasar por alto (o de plano desconocer) que en el siglo I existió un Judaísmo Helenista que, estrictamente hablando, ni siquiera se le podría considerar Judaísmo. Su idioma normal fue el griego koiné, y estuvo integrado por amplios sectores de población mixta que nunca abandonaron sus creencias heredadas de las religiones helénicas.

En todo caso, el verdadero Judaísmo Helenista (me refiero al construido por judíos que se adentraron en la filosofía griega, pero que no se excedieron al mezclar conceptos paganos con conceptos judíos) fue el que se desarrolló principalmente en Alejandría, y que tuvo un destino curioso: tras el establecimiento del Cristianismo en esa ciudad, la represión e intolerancia se fue volviendo cada vez más insoportable, y las familias judías no tuvieron más remedio que emigrar. La mayoría se trasladó a Roma, la única ciudad lo suficientemente cosmopolita como para que se sintieran cómodos, pero allí también los alanzó la intolerancia cristiana. Poco a poco, continuaron su migración hacia las fronteras norteñas del Imperio Romano, y fundaron varias comunidades judías entre Lyon y Colonia. De ese modo, sentaron la base para la consolidación del eventual Judaísmo Ashkenazí.

En contraparte, es un hecho bastante fácil de demostrar que el Cristianismo surgió en los ambientes Judeo-Helenistas propios de las poblaciones mixtas que abundaban en Galilea, Decápolis, Idumea, Nabatea, Fenicia y Siria. Por eso, en el Nuevo Testamento se refleja una complejidad que revuelve elementos judaicos con elementos helénicos.

Los adherentes a la creencia de que hay que rescatar “el sentido hebraico” del Nuevo Testamento fallan al no tomar en cuenta que, desde un siglo antes del nacimiento de Yeshúa, ya existía un “Judaísmo” en donde todas estas mezclas ya se habían consolidado, cuyo idioma era única y exclusivamente el griego, y que al ser heredero de un mestizaje cultural y religioso ni siquiera era, en sentido estricto, Judaísmo.

Al no estar enterados, piensan que el único “contexto hebraico” posible es el Fariseo, y su intento no es por “recuperar el sentido hebraico”, sino el “sentido farisaico” del Nuevo Testamento, algo tan improbable como inverosímil.

El Nuevo Testamento es el primer gran producto cultural de esta nueva religiosidad, mezcla de un pseudo-judaísmo y helenismo, gestada en las poblaciones igualmente mixtas que surgieron como consecuencia de las complejas dinámicas sociales que afectaron a Judea desde el siglo III AEC.

Ese es el único “contexto hebraico” al que hay que recurrir. Todo lo demás es falacia.

La prueba definitiva es que NUNCA se han encontrado -ni se van a encontrar- manuscritos hebreos antiguos del Nuevo Testamento. El hecho de que el idioma griego sea el original de estos escritos evidencia la cuna de esta colección que, con justa razón, es el patrimonio espiritual del Cristianismo, una religiosidad que no surgió desde el Judaísmo, sino desde un helenismo que había incorporado ciertos elementos externos judíos, pero sin afectar su esencia politeísta y pagana.